Capítulo 15: El persuasivo

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Eran las diez y veinte, Wyat ya estaba dormido y yo mientras estaba terminando de arreglarme para ir al bar, cuando ya casi estaba lista cuando la sobrina de Anna llegó.

Le dejé tacos para que cenara y ella me lo agradeció, en cuanto me iba la vi sacar libros en el salón y le dije que si necesitaba algo o pasaba algo me llamase, como cada vez que se quedaba en casa con Wyat.

Poco después llegue al bar, aparqué y vi el coche de Jason aparcado pero el de Drew no lo vi, supuse que era temprano aun para que estuviese dentro.

Entré y saludé a las chicas que estaban en el bar ya con algún cliente. Una de las chicas me dijo que Drew había avisado que iba a llegar más tarde y que yo subiese al reservado a prepararlo todo. Me acerqué a la barra donde estaban el resto de chicas y con sigilo les pregunté.

-Oye chicas, sabéis done está el chico que siempre va con Drew... Jason creo que se llama - quise disimular para no ser el cotilleo de la noche

Todas negaron y una de ellas se acercó a mi cuando las demás ya casi se habían girado para seguir sirviendo:

-Él ha preguntado a que hora llegabas

Me dijo guiñándome un ojo, no quise mirarla más porque tenía claro que se me notaría en la cara.

Subí al reservado para prepararlo todo, tenía algo más de una hora hasta que se abriese, cuando pasé la cortina espesa de terciopelo rojo supe que estaba allí, la vista aún no lo había visto pero el olfato no me fallaba, olía a él, era un olor muy característico entre tabaco y un olor dulce que podría reconocerlo a kilómetros con los ojos cerrados.

Unos pasos más y efectivamente, allí estaba Jason, sentado en el sofá, fumando y con una pierna encima de la rodilla de la otra, en cuanto me vio recorrió mi cuerpo de arriba a abajo en una micra de segundo y se incorporó ajustándose al sofá de cuero.

-Buenas noches - le dije entrando en el reservado

Él me sonrió de medio lado a la vez que exhalaba el humo del cigarro que se estaba fumando, golpeó un par de veces el sofá a su lado, invitándome a sentarme.

-Tranquila, Drew no va a venir esta noche, solo te entretendré cinco minutos - me dijo leyéndome la mente a la perfección.

Me senté a su lado, respirando más fuerte de lo que pretendía.

-¿Cómo que estás aquí tan pronto? - le pregunté cuando tomé asiento a su lado, girándome para tenerlo de frente

-Quería proponerte algo - me dijo exhalando humo hacía un lado y terminando el cigarro en un cenicero

Yo quise decirle algo, lo que fuera, pero me temblaban las piernas, tenía calor y creo que mi mente pensó que era mejor estar callada para no demostrar todas las debilidades que mostraba mi cuerpo.

Se acomodó en el sofá. Su cuerpo mostraba seguridad, entereza y incluso hasta un poco de ego, justo lo que me faltaba a mi.

-Aquí es imposible tener una conversación normal, entre Drew, la música y la gente...

Yo seguía escuchándole, aunque pude asentir. Gracias a Dios.

-¿Te apetece ir a cenar mañana? - me dijo a la vez que se metía la mano en la chaqueta y sacaba una pequeña cajita de metal, debía ser acero o plata, la abrió con una sola mano y cogió otro cigarrillo. 

No me miraba mientras hacía el ritual del cigarro, pero por un lado, casi lo agradecí.

-Me encantaría, pero... - me puso una mano en la rodilla

-Mañana no trabajas, de Drew me encargo yo - me soltó para tranquilizarme

-Jason, Gina no está recuperada y no creo que me de un día libre - le dije poniéndole la mano encima de su mano.

Él entonces me miró y noté como sus ojos se entornaron. Se levantó por aquella corriente que ambos habíamos sentido y yo hice lo mismo.

-Drew es cosa mía - y acabó por salir por la espesa cortina

Yo necesité un minutos para respirar. ¿Acababa de invitarme a cenar? ¿Qué había sido esa tensión? No quise entretenerme y me puse a preparar el reservado.

En poco más de una hora lo tenía todo listo, frutas, copas, alcohol, hielo... Todo perfecto para empezar. Vi como la bailarina de poca ropa y pocas palabras también entraba y se ponía a prepararse.

Noté como me vibró el teléfono, que lo guardaba estratégicamente debajo del vestido y pensé que algo había pasado con Wyat, lo saqué y lo miré. 

Era un mensaje de Drew.

"Mañana libras"

¿Qué? ¿Así de fácil? ¿Lo había logrado en una hora? Este hombre debía ser muy persuasivo, sonreí y le contesté, con un:

"Gracias, recupero las horas si lo necesitas" 

No quise decirle nada más, porque imaginé que Jason ya le había jodido bastante, quitándole a una camarera.

Recibí entonces otro mensaje, no tenía el número guardado pero me imaginaba quien era.

"Hecho. Mañana tienes el día libre"

Sonreí porque parecía haberlo conseguido con facilidad. ¿Era siempre así con él?. Iba a contestarle, pero entonces comenzó a llenarse el reservado y no pude hacerlo.

Llevaba no se cuantas copas puestas, y las horas habían pasado como si se tratasen de minutos, no había tenido ni un instante para parar, la noche estaba siendo muy fructífera, Drew hoy hubiese sido feliz viendo el reservado.

Entonces vi un grupo de chicas entrar, no me hizo falta preguntar, era obvio a que venían. Eran todas rubias y tenían mínimo dos tallas más de sujetador que yo, venían cogidas de la mano de otros hombres, mucho mayores y ellas le susurraban al oído a sus acompañantes, justo al final del grupo lo vi a él, no venía de la mano con ninguna rubia y yo sin quererlo sonreí.

El grupo de parejas se sentó y junto a ellos Jason, que hizo un gesto para que me acercara.

-¿Puedes traer 3 botellas de champagne y copas para todos? - casi no me miró al decírmelo y asentí y me fui a ponerle aquello que había pedido

Mientras me llenaba la bandeja, lo vi hablar con uno de los hombres que tenía a una de las rubias exuberantes encima de sus piernas. Parecían ambos muy interesados en lo que el otro decía y yo no sabía porque pero me sentía incómoda.

Me acerqué con lo que me pidió y lo acomodé todo en la mesa donde se habían sentado, cuando me giré para irme a la barra, entonces lo note, sus dedos en mi espalda.

La mafia y élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora