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—¿Qué hacemos ahora?—preguntó t/n terminando de engullir una baya.

Gladio estaba en cuclillas sobre una silla.

—No se—admitió—, ¿Y si vamos a combatir un rato?

—¿Contra pokémon salvajes?

—Por ejemplo.

—El bosque queda un poco lejos.

—Lo se pero no importa.

—Bueno vale.

El chico se bajó de la silla y fue a su cuarto a recoger su riñonera donde guardaba todo. La chica sin embargo ya tenía la pokeball de gastly en el bolsillo de su sudadera.

Al poco tiempo los dos chicos ya estaban de camino al bosque que había en las afueras del pueblo, donde se conocieron. Caminaron un rato por el bosque, buscando algún pokémon.

—Gladio...—murmuró t/n

—¿Si?

—¿Por qué el bosque está tan en silencio?

Y era cierto, minutos antes podían escuchar sonidos de pájaros, hojas moviéndose y demás sonidos del bosque. Pero ahora había un silencio preocupante.

Gladio se quedó quieto, escuchando el silencio, t/n lo imitó sin saber que estaba pasando.

Entonces se escucharon pasos, pasos de algo grande.

Un par de árboles a lo lejos se movieron dejando caer hojas y algún pequeño pokémon bicho confundido.

Entonces apareció, un enorme y enfadado pangoro.

—Ayno—dijo la chica.

—¡GOROO!—exclamó el pokémon comenzando a acercándose a ellos.

Gladio sacó rápidamente a código Cero, el cual detuvo al pokémon que los iba a atacar.

—¡Código Cero, usa cabeza de hierro!—exclamó Gladio.

El movimiento impactó contra el enemigo, haciendo que retrocediera unos centímetros, pero eso no impidió al pangoro usar cuchillada contra el pokémon del rubio.
Entonces Gladio mandó a su pokemon usar triataque. Este movimiento a parte de causar daño quemó al pangoro.

Gladio sonrió y su mano izquierda comenzó a temblar por la emoción, para evitar eso agarró la mano izquierda con la derecha. Como si tratase de controlarse.

El pangoro enemigo se resentía de las quemaduras y se retorcía.

Entonces el enemigo usó triturar, código Cero retrocedió para evitar el ataque, sin éxito y llevándose una buena cantidad de daño.

—¡Ahora usa tijera x!

El pokémon del rubio obedeció y atacó al pokémon salvaje. Le hizo gran cantidad de daño pero lo que terminó de debilitar a pangoro fueron las quemaduras.

—¡Genial!—exclamó t/n cuando el enemigo cayó debilitado—¡Eres genial Gladio!

Al chico se le subieron un poco los colores y se rascó la nuca.

—Ahem... Gracias—respondió. Luego guardó en la pokeball a código Cero.

—Ahora lo intentaré yo—dijo la chica bastante convencida.

Así que agitó el árbol más cercano y de este cayó un caterpie. T/n sacó de su pokeball a gastly, el cual tenía cara de malas pulgas.

—¡Usa lengüetazo!—dijo t/n a gastly. Este la ignoró. Caterpie usó placaje, pero como el pokémon de ella era fantasma solo lo atravesó— Usa lengüetazo gastly—repitió.

Pero el pokémon la ignoró de nuevo y caterpie lo atacó con picadura.

—¿Qué le pasa a gastly?—preguntó Gladio.

—No lo se—se encogió de hombros sin saber muy bien que hacer.

—Huye del combate y veamos que le ocurre.

Y así hizo t/n. Recogió en su pokeball a gastly y se alejó de allí. Ya fuera del combate se sentó en el suelo y sacó de nuevo a su pokemon de su pokeball.

Este trataba de no mirar a su entrenadora.

—Gastly, ¿Estás bien? ¿Te pasa algo o estás enfermo?—preguntó ella preocupada.

Gladio estaba parado a su lado observando.

—Pequeñajo, ¿Qué te ocurre?—preguntó él.

—¡Gast!—chilló enfadado el pokémon al rubio.

Entonces gastly flotó alrededor de los dos chicos, chillando y luego, sin más se alejó al interior del bosque.

—Se ha...—comenzó t/n.

—... Si, se ha ido...—completó Gladio.

La chica miró la pokeball vacía de gastly. Algo le decía que nunca volverían a combatir juntos en equipo.

—Era mi compañero y amigo—ella simplemente miró al suelo y dejó escapar un par de sollozos—. Bue-bueno... Volvamos a casa...

—No podemos.

—¿Por qué?

—No tienes un pokémon, no podrás defenderte.

—Para eso me defenderás tu.

—No, no puedo hacer eso, debes poder valerte tú sola.

La chica asintió y se levantó del suelo.

—Está bien... Pero no tengo pokeballs, no puedo capturar nada.

Gladio sonrió con calidez.

—En eso sí puedo ayudarte—le tendió la mano a t/n y la llevó algo más adentro en el bosque.

—Que...¿Qué quieres decir?—preguntó ella viendo su sonrisa cálida mientras caminaban.

Allí se encontraron con un pequeño pancham que ni siquiera los vió.

—Yo lo capturaré para ti—dijo Gladio en susurros.

Sacó una pokeball y la arrojó al pokémon.

La pokeball se movió una vez.

Tras unos segundos se movió otra vez.

Y finalmente, se movió una tercera y la bola emitió una lucecita.

La captura había sido exitosa.

Gladio se acercó a la pokeball y la tomó entre sus manos. Luego miró a t/n y se la entregó.

—Toma, para ti—dijo el chico sonriente.

Ella le sonrió de vuelta y tomó la bola.

—Gracias rubito—dijo la chica sacando de la pokeball a su nuevo compañero. El pancham al salir parecía confuso—. Hola, yo soy t/n pequeñín. Es un placer ser tu entrenadora.

—¡Pan!—dijo alegre el pokémon. Parecía que la aceptaba como compañera.

Lo que no sabían era que desde la lejanía, dos ojos los observaban con rabia y malicia.






hOlaa he vuelto.

Estoy actualizando bastante seguido y estoy orgullosa. Tengo bastantes ideas y quiero que las podáis leer cuanto antes.

Aunque si tenéis ideas estoy abierta a sugerencias 🤸

Bueno, no tengo mucho más que decir, solo que no olvides votar y comentar.

Toma, un croissant 🥐

•Skull• Gladio x tu [Pokémon sol y luna]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora