░۟◌༵🧁- ', [ capítulo 10. ] ꒱

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Se puso el casco sobre su cabello, que ya estaba haciéndose largo otra vez, y luego miró a Wilbur, quien le devolvió la mirada.

—¿Listo? —le preguntó y sintió que Quackity asentía, mientras se aferraba a él. —¿Me extrañaste, patito?

—Mucho, Wilbur, ¿dónde estuviste?

—Por ahí… Luego te explico.

La motocicleta se perdió por calles y callejones, alejándose bastante de la ciudad. Finalmente, se detuvo en un puente, que se veía algo viejo, que estaba encima de un río de aguas bastante claras y rodeado de un hermoso prado verde. Wilbur se bajó y luego ayudó a Quackity a bajar. Dejó que la vista del pato se paseara por los alrededores. Quackity se preguntó en dónde estaban.

—No lo sé. Pero encontré este lugar y lo primero que pensé fue en traerte aquí…

Wilbur y Quackity se recostaron en el césped, tomándose de las manos, ambos relajándose.

—Sé que tienes alfa, Quackity. —Fue lo primero que dijo el del mechón blanco, sintiendo cómo el híbrido se tensaba. —Pero eres mi destinado, te juro que cuando te vi… sentí mil sensaciones que no puedo describir… sentí que te conocía de toda la vida… como si hubiéramos estado juntos en varias vidas pasadas… así que… te robaré de sus brazos, porque él no cuida del diamante que tiene a su lado.

Las mejillas del pato se habían vuelto rojas como un tomate y solo pudo atinar a abrazar más al otro, quien sonrió antes de sacar un cigarrillo y prenderlo.

—Wil…

—Te amo, patito. Nunca dudes de eso, sé que nos conocemos hace poco, pero ya te dije, somos almas gemelas…

Pasaron la tarde ahí, hasta que Wilbur le indicó que ya habían pasado las seis de la tarde, por lo que ambos se subieron de regreso en la moto. La librería donde trabajaba Bad ya estaba cerrada, por lo que Quackity le indicó que fueran a unas cuadras de la casa donde él vivía con Jschlatt. Se despidieron con un pequeño beso en la mejilla y Quackity empezó a caminar con el miedo en su pecho, no tenía ni un mensaje de su marido.

Abrió la puerta y afortunadamente no olía a alcohol ni a las feromonas del alfa. Subió a su habitación, quitándose la ropa y tirándola en la lavadora. La puso a lavar, mientras se iba a dar un baño. Justo en ese momento, sonó su teléfono. Era Darryl.

—¿Quackity?

—¡Bad!

—¿Cómo te fue?

—¡Muy bien! ¡Fue muy lindo y…!

—Jschlatt me llamó —dijo el demonio con aire sombrío. —No sé cómo consiguió mi número, pero me preguntó por ti, bueno, dijo que fue a buscarme a la librería pero le dije que habíamos ido a mi casa… así que si te pregunta…

—Estuve en tu casa, sí, entiendo, Bad.

Le agradeció y cuando colgó, se metió a la bañera. Sus alas se movieron un poco ante el contacto con el agua y continuó con la ducha. Qué complicado era que tu esposo y alfa no fuera tu destinado, tu alma gemela. 

𝗪𝗘𝗜𝗥𝗗𝗢, skephaloWhere stories live. Discover now