Capítulo 15

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N.O

Él ya conocido omega de cabello rizado estaba observando por la ventana de su habitación como el cielo daba indicios que pronto vendría el invierno, suspiró al darse cuenta que ya habían pasado dos meses desde que llegó al castillo de rubí... Dos meses desde que se prometió con el rey del reino que estaba pisando. 

Se supone que se casarían hace medio mes, pero por alguna razón el cenizo cambió de opinión, diciendo que primero debía aprenderse todo el protocolo real. Para Izuku esto fue un alivio, sin embargo el ver los cambios de actitud del de ojos de rubí le resultaba tanto confuso como curioso. 

Desvió su vista de la ventana y visualizó de nuevo aquella capa roja característica de su prometido, la cual le había puesto en los hombros hace un par de semanas, lo extraño es que desde que se la dio nunca le había vuelto a ver con una prenda similar. 

_¿Bakugo-San sólo tiene una capa de estas? -preguntó en voz baja el omega pecoso mientras se acercaba la prenda- 

Aunque la respuesta ya era obvia, era extraño que un rey sólo usara una capa sabiendo  que podía mandar hacer mil unidades de la misma. Izuku tomó la capa entre sus manos y nuevamente acercó la capa a su nariz volviendo a disfrutar el olor de nitroglicerina mezclada con toques de eucalipto, si bien es cierto que habían pasado varios días desde que que el rey le había brindado la capa, todavía estaba esas feromonas que por alguna razón le causaban paz al peliverde, sobre todos después de todos esos sucesos extraños que le pasaban últimamente. 

Desde aquél día en el que se sintió acompañado en el estanqué, ha estado sintiendo ese extraño olor a gardenias marchitas al rededor de él. Algunas veces ha sentido que algo viscoso toca su brazo o mejilla, pero cuando intenta ver que es, sólo se encuentra alguna que otra gota de sangre. 

El omega no tenía ni la menor idea de que era eso o si solo era parte de su imaginación, pero en ese instante simplemente sintió un escalofrío recorrer su espalda y se aferró aún más a la capa de Katsuki, sin embargo lo que más le preocupaba era que en algún momento tendría que devolver esa llamativa capa roja a su dueño. 

El de ojos esmeraldas le hubiera gustado seguir hundiendo su nariz en la prenda del rey, pero unos llamados a su puerta hicieron que se alejara nuevamente de la prenda de su prometido. 

_A-adelante -dijo con voz nerviosa mientras se reincorporaba- 

La puerta se abrió revelando a la omega rubia que le había dado sus clases de protocolo real. 

_Izuku-Kun te necesitan en la sala de juntas real -dijo la rubia con tono preocupado- 

_¿A mí? -preguntó sorprendido- ¿Hice algo mal? -su semblante cambió a uno más preocupado, pero Camie solo negó con su cabeza-

_Al parecer hay novedades de quienes robaron la joya central del reino de amatista -respondió la omega mientras colocaba una mano en su mejilla con preocupación- 

_Pero... con todo respeto Camie-san... ¿Qué tengo que ver yo? -respondió mientras desviaba la mirada- 

_¿¡Cómo que tienes que ver!? -respondió alterada con el ceño fruncido- ¡Vas a ser el omega real del reino de rubí! 

_S-si pero aún no me he casado y no he terminado el aprendizaje del protocolo real... Siento que simplemente haría el ridículo si voy... 

La omega cambió su expresión de molestia a una comprensiva, ella era consiente de las inseguridades del peliverde, principalmente porque sabía que Izuku no estaba allí por voluntad propia, pero también era consiente que el de ojos esmeraldas se esforzaba por hacer su mayor esfuerzo, eso hacía que ella lo admirara y aceptara como su futura familia y como el futuro omega real del reino de rubí. 

EL REINO DE RUBÍWhere stories live. Discover now