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—¡Oh, por Dios! —Abel grita mientras se aferra al tronco de un árbol. —¡No otra vez!

Todo el reino temblaba con violencia, algo grande estaba sucediendo, algo que cambiaría demasiadas cosas.

...

Las ventanas estaban rotas, los estantes de la librería caídos, las columnas agrietadas, las cosas dentro del castillo no eran mejores que afuera. —¿Terminó? —Mervyn pregunta cuando el agresivo temblor que atacó la Ensoñación se detuvo.

—Eso parece. —Matthew, atrapado en los brazos de Hob, dice.

Los tres están frente a una improvisada habitación que Morfeo creó en segundos. Matthew está atrapado en los brazos de Hob, quien está siendo abrazado por Mervyn el espantapájaro. Creer que el castillo iba a caer sobre ellos les había hecho aferrarse entre sí.

—Eso significa... —los tres se dan una mirada, pero antes de poder decir algo, la puerta se abre. Lucien aparece, su imagen es impecable como siempre, sonríe con orgullo mirando a los presentes frente a ella.

—Hob Gadling. —enfoca la vista en el hombre, que se endereza. Matthew vuela hasta su hombro, Mervyn se mantiene a su lado. —¿Desea entrar? —Lucien da un paso a un lado, extendiendo una mano para señalar la puerta. Hob tarda en reaccionar, pero luego está literalmente corriendo dentro de la habitación. Lucien detiene a Matthew y Mervyn, quienes también se encontraban emocionados por ver el milagro que acababa de ocurrir. —Permitan que tengan un poco de tiempo a solas. —ella les pide.

La habitación realmente no es una habitación, el lugar es como un cielo morado al punto del amanecer, en ese pequeño espacio antes dé. Hay nubes, nubes literales llenando todo el lugar, cuando Hob toca una es suave. Ni siquiera parece haber un piso, es como si flotara entre todo eso; es hermoso. Pero más hermoso que eso, encuentra a Sueño sobre una de las nubes. Desde la cintura hacia abajo está cubierto por su túnica negra, su cabello sobre sale entre tanto blanco; se ve desastroso, se ve suave, más que las mismas nubes. Se acerca lentamente a él, entonces puede detallarle con claridad. Y, entre sus brazos, una tela blanca con estrellas; estrellas reales que se mueven como si la tela fuera el espacio.

—Morfeo. —llega a su lado, el dios del sueño le regala una mirada brillante.

—Hob. —le extiende una mano, Gadling la toma y cae de rodillas a su lado. —Está aquí. —dice descubriendo lo que ocultaba la manta.

Morfeo. —Hob siente una enorme presión en su pecho, es la felicidad a punto de estallar fuera de él. Sin embargo, se manifiesta como gruesas lágrimas que recorren su rostro. —Morfeo. —repite, no puede lograr decir algo más.

—Tomalo. —Sueño dice en una voz tan suave que parece un ligero susurro del viento. —Conoce a nuestro hijo.

Levantándose para sentarse en el borde de la nube, la cual se mantiene, Hob inútilmente limpia sus lágrimas antes de tomar el pequeño bulto en los brazos de Morfeo. Es tan pequeño, es tan ligero, tan delicado; una nueva vida entre sus manos.

—Hola. —susurra con una pequeña sonrisa con labios que tiemblan. Lleva un dedo a la mejilla del bebé, su bebé, acariciandola con tanto cuidado; es rosada sobre piel pálida, pero no tanto como la de Morfeo. El bebé, el pequeño ser nacido de un hombre inmortal y un dios eterno, se remueve ante el toque. Sus ojitos se abren ligeramente, apenas a nacido y ya quiere conocer el mundo que lo rodea, viendo a la persona que lo sostiene. Lo reconoce de inmediato, el lazo entre ellos fue formado incluso antes de su nacimiento. Su manita se mueve hasta atrapar el cálido dedo que le acaricia, sonriendo cálidamente.

Las lágrimas vuelven a la mirada sorprendida de Hob, quien debe cubrir su rostro con la otra mano para ocultar el pequeño sollozo que se le escapa. Esta tan emocionado, es un momento demasiado importante y emotivo para él.

Unos brazos delgados le rodean, le sostienen en su momento más vulnerable. —Es hermoso. —Sueño susurra en su hombro, donde le deja un beso.

—Es como tú. —Hob se logra calmar tomando una gran respiración que le endereza para lograr ver al hombre a su lado. —Es igual a ti. —con la mano que no sostiene a su hijo acuna el rostro del dios que le acaba de dar el mayor regalo de su vida.

—Yo espero que sea igual a ti. —Sueño admite. Ganándose una sonrisa, Gadling le acerca en un beso suave que transmite todo el amor que siente por él.

El bebé se remueve, se queja un poco y Morfeo lo vuelve a sostener en sus brazos, lo que de inmediato lo calma.

—Es tan pequeño. —Hob dice sin apartar la mirada de él. —Es perfecto.

—Es nuestro hijo. —Morfeo dice en un tono de obviedad que hace sonreír a Hob.

No puede creer que sólo un sueño, un pequeño sueño influenciado por una clase de preparatoria, le hizo llegar a ese glorioso momento.

Todo inició porque Hob estuvo obligado a presentar una clase sobre sexualidad en compañía de una profesora de preparatoria sólo porque el profesor encargado de la plática se enfermó. El punto es que se habló sobre el embarazo, y mientras Hob se distraía pensando tonterías, imaginó a Sueño en ese estado. ¿Y si aquello fuera posible? Sería maravilloso un pequeño bebé de ellos dos.

El pensamiento perduró hasta que llegó a sus sueños, donde soño con un Morfeo embarazado. Cuando despertó y Sueño apareció en su apartamento, había algo nuevo en él.

Así su sueño se convirtió en nueve meses de una espera que sintió eterna; y él sabía sobre esperas eternas. Al parecer su intenso deseo de tener un bebé con Sueño había logrado que se volviera realidad. Y no sabía cómo había sucedido todo eso, pero estaba tan agradecido.

—¿Cómo le llamaremos? —Gadling pregunta.

—¿Qué te parece, Dawn? —Sueño le mira, Hob sonríe. Él no se molestó por su capricho, aún cuando se sorprendió de estar embarazado de un día para el otro; había sido realmente extraño y, aunque no lo había pensado, estaba emocionado por está nueva etapa con Hob.

—¿Amanecer? —al hombre inmortal le brillan los ojos, Sueño puede verlo brillar por completo, es como ver el sol. Es cálido, reconfortante. Es amor. —Me encanta. —acepta. —Dawn Gadling. —dice en voz alta y con orgullo. —Nada mal.

Asintiendo con una sonrisa, Morfeo acepta lo que dice. —Nada mal. —repite. Lleva su cabeza al hombro de Hob, está tan cansado luego de dar a luz a su bebé.

Pasando una mano detrás de la espalda del azabache, Hob le sostiene, le permite recostarse de él para que descanse. El pequeño bebé, Dawn, está dormido en sus brazos.

—Morfeo. —llama al gobernante de ese reino, recibiendo un pequeño sonido que le indica que tiene su atención aunque se está quedando dormido como el hijo que sostiene en sus brazos. —Te amo. —dice con amor.

—Te amo. —recibe a cambio. Escuchar a Sueño decir esas palabras siempre se sentía como la primera vez que las escuchó.

—Descansen. —besa el cabello negro del dios del sueño. —Los amo. —dice mirando a las dos personas a su lado; están profundamente dormidas aún cuando el sol está comenzando a salir en esa habitación llena de nubes.

[...]

—¿Por qué te gusta papá? —Dawn pregunta en una ocasión, está en los brazos de su padre, quien entra en la sala del trono en el inmenso castillo. Han pasado siete años desde el nacimiento del amanecer.

Pensando en una respuesta adecuada, Hob encuentra a Morfeo sentado en su trono; está tranquilamente leyendo una hoja, pero luego les nota y alza la vista. Sus ojos se encuentran y brillan, se le escapa una pequeña sonrisa que hace que pierda toda la seriedad del rostro.

—Es el ser más hermoso que ha existido. —a Hob se le escapa. Había miles de razones más, pero es en lo único que podía pensar en ese momento. Estaba tan agradecido con Muerte, sin ella él nunca hubiera podido llegar hasta ese momento.

...

Fin.

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⏰ Last updated: Jun 15, 2023 ⏰

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Eres la Ensoñación, la Ensoñación eres tú. [Dreamling]Where stories live. Discover now