Infieles II, la llave del placer

4. La nueva Nancy

✩ ───── PARTE 4 - LA NUEVA NANCY ───── ✩

A&W- Lana del Rey

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⚠️Este capítulo es un poco fuerte⚠️

⚠️Sexual violence alert⚠️

NANCY

Nancy seguía preocupada por lo ocurrido el otro día.
Las paredes del apartamento de Dallas se le caían encima igual que la vuelta al instituto. Que para Nancy, una chica embarazada, popular era mucho peor.

-¡¡DALLAASS!!-grito Pepe desde su dormitorio

Aquel viejo siempre tocando los cojones- pensó Nancy

Dallas se acercó a su habitación.

Nancy podía oír los chillidos desde la cocina. Donde preparaba la papilla para el abuelo de Dallas.

-Nancy me voy un momento a por pan- dijo Dallas depositando un suave beso en la cabeza de Nancy

-¿no te irás y me dejaras aquí para siempre? ¿Verdad?

Dallas se rio, pero Nancy no estaba de broma.

Últimamente Dallas había estado muy ocupado en el puticlub y eso bajaba el grado de excitación de nuestra Nancy.
Mientras ella, tenía que cuidar del discapacitado viejo que aunque le trataba muy bien y le producía repulsión, Dallas se metía una buena verga por su gran ano.

-Nancy querida, tráeme un vaso de agua-

Nancy hastiada por el viejo decidió coger el vaso y llevarlo a la estancia.

Puto viejo 

Nancy llenó el vaso de agua de mala gana y se lo llevó al viejo.

-Gracias querida- dijo el viejo

Nancy se disponía a irse de esa apestaste habitación cuando, el viejo habló:

-Quédate un momento mas- dijo Pepe

Nancy se dio la vuelta ya hastiada por aquel viejo.

Sus ojos se posaban en su pequeña falda y el delantal que llevaba.

Coño por un día que cocino, provoco al viejo con mi delantal- pensó Nancy

Nancy se acercó poco a poco al sillón donde estaba sentado Pepe.
Nancy se acercó tanto que su falda rozaba la parte lateral del pequeño sillón donde estaba sentado el abuelo de Dallas

-Esa faldita te queda muy bien- dijo el viejo con cara de lujuria

-Gracias, pero Quiere algo ¿De verdad?- dijo Nancy

Sería uno de sus ataques de locura seniles

Son muy típicos en las personas de su edad.

Nancy se negaba a pensar que aquel hombre era un serio pajillero, como su nieto.

¿Podría heredarse la maña en la cama?

Un escalofrío recorrió la espalda de Nancy. ¿De verdad estaba pensando eso?

Pepe la observaba con cautela, posando sus ojos hacia el delantal de Nancy.

-¿Nunca te han dicho que eres una chica muy guapa?

Nancy no contestó. No se le puede seguir el juego, es un pobre viejo.

Pepe se levantó.

Ahora estaban a la misma altura. Él olía a medicamento y pañal usado.