CAPÍTULO 8.

96 35 7
                                    

 "Pasé mucho tiempo metido en mi cabeza y la acabé perdiendo."

Edgar Allan Poe.

---------------

 Hoy era un buen día para la abuela Victoria, sonreía con Key, aunque su mente ya no fuera lucida del todo. —¿Por qué usas esa silla de ruedas? —Ella preguntó inocente.

—No puedo caminar, abuela. ¿Lo has vuelto a olvidar?

—¿Qué he olvidado?

Era imposible mantener una charla coherente con Victoria.

—Olvídalo, abuela.

—¿Qué tengo que olvidar, hijito?

Era por demás, y ni cómo enojarse. Ella había caído en ese estado por causa de su desgracia. Key maldecía todos los días haber caído en el juego de Solange. "Tenía que haberla ignorado, darme la vuelta y no escucharla. Merezco esto por estúpido".

Sus pensamientos se hicieron a un lado cuando Taemin habló. —¿Cómo amaneciste, abuela?

—¿Quién eres tú?

—Soy tu nieto, Taemin. —¿Mi nieto? ¡Estás de broma! Tengo 15 años, ¿cómo voy a tener un nieto?

—Key dijo que hoy ella se encontraba bien.

—Taeminie, me refería a que no está llorando ni tampoco ha gritado. Para mí, eso es bueno.

—Pues yo la veo mal, mira cómo se nos queda viendo, completamente ida. —Mencionó Taemin.

—¿Por qué hablas así? —Interrogó la abuela.

—¿Así? ¿Cómo?

—No sé, así. Ella se llevó las manos a su cabeza, como si le doliera.

—Vete, tú eres malo, dices cosas feas. Yo solo quiero hablar con el chico que está en silla de ruedas. —Key, abuela, soy tu otro nieto.

Victoria sacudió sus manos y luego gritó a su enfermera, quien estaba tomando su desayuno. Lunaaaa... Lunaaaaa. —La enfermera subió de inmediato. —¿Qué sucede, señora Victoria?

—Yo... yo... mi cabeza duele. ¿Dame mi medicina? – Luna lo dudó, pero Taemin asintió con su cabeza, aprobando que lo hiciera. —Está bien, la voy a inyectar para que el dolor se vaya rápido.

Desgraciadamente, así era siempre. La abuela terminaba su supuesto día bueno con un día catastrófico. Ella se iba consumiendo poco a poco. Taemin siempre pensaba que lo mejor era que ella un día ya no despertara, así se acabaría su suplicio.

Varias veces pensó en ayudarla a bien morir, pero no lo hacía, pues carecía de fascinación por aniquilar a la abuela enferma.

-----------

 El señor Bigotes era acariciado por un Taemin adormilado. —Tu pelaje es tan suave, es como la cobija que mamá me compró aquella Navidad. —Hablar y hacerle mimos al gato que recogió en la carretera le proporcionaba una sensación agradable. Algo que había dejado atrás desde que sus padres fallecieron.

Unos toquidos en la puerta de su habitación interrumpieron su estado afable. "Toc... toc... toc..."

—¡DIJE QUE NO ME MOLESTARAN!

—Lo siento, joven Taemin. Un Inspector de la policía lo busca.

"Lee Jinki". —pensó.

—Enseguida bajo. —informó Taemin.

Unos minutos después lo hizo; sus movimientos eran tranquilos cuando se encontró de frente con el Inspector. Efectivamente, era Lee Jinki.

—Creí haberle dicho que no viniera a mi casa, a traer sus notas amarillistas, Inspector.

TRASTORNADOS.(2MIN)🔞 🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora