Karmaland, tu pueblo de siempre en donde naciste y vas a morir allí, como pastelería te encargaras de hacer los mejores panes y postres del lugar, pero sin duda tu especialidad serían los postres de tres leches, ¡Oh! Nuevos héroes han llegado, harás...
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Sin duda aquel baño me hizo sentir como nuevo, renovar mis pensamientos y poder reconocer algunos errores de mi inesperada existencia era cómodo para mi, me iba a poner mis ropas hasta que sentí un toque a la puerta del baño.
-¿Quacks estás ahí?-Era __________-Tu ropa está sucia, te dejo algo más cómodo y obvio, limpio te la dejo al pie de la puerta, pues no quiero invadir tu privacidad.
Sentí como ella poco a poco se alejaba de aquella puerta, así que decidí medio abrir la puerta para poder llevar la ropa que me había traído ____________ hacia al baño, era sencilla: un buzo negro algo ancho con un pantalón también ancho pero en este caso era un café oscuro y unas medias blancas, sin duda hasta en una pijama esta chica tiene buen sentido de la moda, me recuerda mucho a mi madre.
-Al parecer te gustó la ropa que elegí para ti-Me dijo sentada en un sofá acariciando a su posible mascota.
-Al parecer señorita panadera le gusta los gatos también ¿Cómo se llama?-Me senté a su lado para acariciar al pequeño felino.
-Lo nombre Tiger o bueno, ese era el nombre que tenía en su collar-Me explico.
-Al parecer el mundo nos conectó, tengo un gato en las Nevadas también llamado así-Le dije mientras ella soltaba una dulce risa.
-¿Por que lo nombraste así?-Me preguntó mientras jugueteaba con la pata de su gato.
-Pues tiene rayas y no me gusta como suena Tiger en español, es extraño-Le respondí mientras acariciaba un poco a su gato.
-Tiger te tomó confianza rápido, eso es raro, recuerdo que a Luzu le tardó como 3 meses en tomarle la co fianza que tiene contigo-Me replicó.
Por alguna razón eso me hizo sentirme alguien superior, es como si me hiciera sentir orgullo al saber que Luzu tardó más en darle confianza total a ese gato que a mi.
-Soy un adorador de gatos como lo puedes ver-Le dije para que ella pudiera reírse un rato.
-Espera un momento ¿Con quién te estás quedando?
-La noche pasada estuve durmiendo en la casa de Rubius pero al parecer no me quiere ver más ni en pintura-Le dije sin ningún rendimiento.
-Entoces, ¡Quédate en mi casa! Haces un lindo ambiente aquí.
Esas palabras hicieron que mi corazón se volcara, ¿una chica linda me estaba dando hospedaje? Esto debe ser un típico sueño de adolescente rarito.
-Esta bien...-Fueron las únicas palabras que pude formular en esos momentos.
-Vale, donde están esas 3 puertas juntas la del lado derecho es mi cuarto y la del lado izquierdo será por ahora tu cuarto hasta que te construyas una casa-Me señaló y de por paso me explicó.
-¿No me puedo quedar viviendo contigo toda la vida?-Le dije bromeando un poco, o bueno tanta broma no era.
