Ultima vez.

481 14 0
                                    

AU
.
.
.

Dos chicos se encontraban en los pasillos por cambio de clases. El castaño parecía echar humos, mientras el peli-negro tenía una sonrisa de punta a punta. ¿Qué había pasado?

—Pienso matarte. —Soltó el chico castaño sin detenerse ni para ver a su contrario. Estaba pálido, y lo único que podía notarse de él eran sus mejillas coloradas, ese color carmesí parecía casi llegarle a las orejas... estaba avergonzado.

—Hombre. ¡Yo no tengo la culpa! —Intentaba de cualquier manera defenderse, aunque en parte no mentía del todo. Su mirada se encontraba en el chico de cabellos claros que parecía no darse cuenta lo alborotado que tenía el pelo, lo mal acomodado que tenía la camisa y marcas que sobresalían por su cuello. Era gracioso.

—¿No tienes la culpa? Bien.. tú vas a hacer todo el trabajo que me dieron en ese caso. —El castaño se encontraba más nervioso de lo habitual, sus manos temblaban y de alguna manera su mirada estaba perdida en sus pensamientos.

—Yo si llegué a tiempo. No me puedes culpar, no escuché que te quejar-

El menor fue interrumpido cuando su contrario le dio un pisotón insinuándole que guardara silencio, no era necesario describir lo que había pasado, mientras más lo recordaba, más sentía un pequeño calor en su cuerpo.

. . .

Mario se encontraba en el baño aún sabiendo que el receso había terminado hace unos minutos. No podía sacarse de la cabeza lo que había pasado hace unos momentos.
¿Realmente le había rogado?
Puede sonar tonto, pero nunca lo había hecho, ni siquiera con chicas que podría ser lo normal. No era la primera vez que se juntaba con Mendoza, aún así lo habían dejado con el término "favor de amigos." Los nervios lo invadían y sus piernas temblaban. Para que mentir.. de las experiencias que había tenido, había sido el mejor orgasmo de su vida. No recuerda ni cómo sucedió, sus recuerdos se vuelven oscuros en esa parte. Su mente solo se centra en cómo había sido acorralado y de un momento a otro la ropa había desaparecido. Sus manos se dirigían a las mordidas y chupetones que se esparcían por su torso, era la primera vez que lo marcaba. El tacto hacía que soltara quejidos, al ser recientes le dolía cualquier rose.
No se había visto en un espejo, solo intentó arreglarse y fajarse bien la camisa antes de salir a su respectiva clase, estaba seguro que faltaba menos de la mitad para que se terminara.

Mario

Joven Calderón, ¿qué son estas horas de llegar? —Estaba muerto.. no pensaba tardarme tanto en salir. ¿Cuánto falta para que se termine esto? No puedo mirar a nadie en estos momentos.
Lo odio.. odio la mirada de cretino que tiene el idiota. ¿Le parece divertido? Me gustaría que estuviera en mi lugar para que viera lo que se siente.

¿No va a responder? —La voz me sacó de mis pensamientos. Empecé a sudar. No podía articular ninguna palabra, quizás estaba pensando de más.. solté un suspiro e intenté calmarme antes de hablar, no quería tartamudear o mostrar la debilidad que tengo en estos momentos.

—Yo.. Lo lamento. Le juro que no volverá a pasar. —No sé con que valentía le dirigí la mirada, pero sentía que me caería en cualquier momento.
Cuando me dejó pasar, no sin antes condicionarme con trabajo extra —lo cual es pésimo, no puedo ni con el que tengo.—

Es usual de mi parte estar al lado de Armando en cada clase, aunque no quisiera ese día, no me podía retractar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Es usual de mi parte estar al lado de Armando en cada clase, aunque no quisiera ese día, no me podía retractar. Cuando tomé lugar mostró una sonrisa de victoria, este chico nunca se cansaba.

. . .

Estaba prestando atención en clase, algo inusual en mi. Empezaba a tomar nota cuando una mano parecía descansar en mi muslo, bajé la mirada cuando sentí caricias.. ¿me estaba jodiendo?

—Quita esa mano. —Susurré. Parecía haberme ignorado cuando su mano empezaba a acercarse cada vez más. En ese momento me cansé y fui yo el que tuvo que moverla de lugar. Estaba molesto y frustrado, era por su bien cuando le decía que no me colmara la paciencia.

—¿Ese cambio de humor? —Esa sonrisa calificativa me hacía querer golpearlo ahora mismo. Quizás no tenía razón, pero en mi cabeza ya estaban 100 formas de matarlo.

—No me hagas golpearte Mendoza. —Cuando se dio cuenta de que me referí a el con su apellido guardó silencio. Cuando me encontraba enfadado con el solía llamarlo por Mendoza, eso era cuando realmente estaba hablando serio.

Armando me estaba humillando, aún así siendo chiste local y que la gente no lo entendiera, lo tomaba como una humillación hacia mi persona. Sus burlas y comentarios lo único que hacían eran ponerme nervioso aunque no lo quisiera.. no podía controlarme.

. . .

De vuelta al presente..

Está bien, te ayudaré con el trabajo. —Eso si había tomado desprevenido al castaño. Pero después de un largo rato de silencio mostró una sonrisa que había sido contagiosa para el peli-negro.
El peli-negro estaba consciente que uno de sus puntos "débiles" era su mejor amigo. Le tenía tanta confianza al punto que era la persona que más lo conocía, le agradaba el chico.

—Vaya.. gracias. —Fue lo único que logró asimilar ante la oferta de su amigo. Estaba agradecido de no tener que hacer un resumen de quien sabe cuántas hojas en un día. El día empezaba a sacar luz.

—Por cierto. Será mejor que te abroches bien el cuello y que te acomodes el cabello, parece que intentas que todos se den cuenta. —Mencionó antes de acelerar el paso, si su amigo lo alcanzaba estaría muerto.

—¡Hey!

Aún siendo mayores de edad aveces se comportaban como niños pequeños. Posiblemente era la felicidad que les transmitía estar juntos.. el tiempo se detenía y solo existían ellos dos en el mundo. Adornaban esos momentos y la tranquilidad que les había sentir, eran felices de esa manera y eso nunca cambiara..
¿Verdad?

One shots ArMario. 💤 ||ysblfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora