step on me [riddlebat AU]

𝒃𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒕

Después de la inaguración, hubo un par de periódicos en los que me veía, mi rostro salía por completo y parte de mi torso y brazos, la sacaron justo en el momento en el que yo miraba a la cámara, yo tomaba mi libro donde estaba lo que debía cantar. Tomé uno de los periódicos y lo miré por un momento, le pregunte al hombre que los vendía a cuánto costaban, y al ser poco dinero, lo compré. Al llegar al convento guarde el periódico en mi mochila para esconderlo y que alguien más no lo tomara. No sabía el porqué, pero comencé a tener una obsesión por los Wayne, pensé que a ellos también me los había mandado Dios para que el orfanato en el que nosotros estábamos siguiera subsistiendo. Otro día volviendo de la escuela, volví a tomar otros dos periódicos, el hombre que los vendía me miró raro, pues me reconoció de la última vez que compré, me sentí un poco incómodo por su mirada pero no podía evitar querer comprar otro, sentía que debía hacerlo, la pequeña voz dentro de mi dejo de hablar cuando me metieron al orfanato pero de vez en cuando me pedía cosas y yo no podía evitar no hacerlas porque sino la voz no callaba. 

De uno de los periódicos, corte la foto completa, otra solo de los Wayne y yo, corté la foto donde salía solo yo, la seriedad de mis propios ojos, el cómo miraba hacia la cámara, me dejaba intrigado, jamás me había visto así. Las guarde en una pequeña caja donde antes había guardado algunas cosas que mi madre me había dejado. Cada vez que yo podía estar solo en la habitación (muy pocos momentos) dónde dormíamos todos los niños, miraba las fotos, observaba nuestra fotos juntos, ¿cómo era posible que alguien tan insignificante como yo estuviera tan cerca de ellos? No pude evitar querer volver a comprar otro más, no pude dormir esa noche de la inquietud, escuché mi voz en mis oídos, como sí está no fuera mía…

—Lo necesitas, necesitas más fotos de ellos, para adorarlos.

Pensó que quizás si lo decía en voz alta porque otros de los huérfanos le decían que se callara, trataba de callarse a sí mismo, al día siguiente tuvo que volver a tomar otros dos, no podía evitarlo, sí no lo hacía la voz me carcomeria por dentro, terminaría con mi existencia de escuchar tanto sus gritos, lo bueno de esto era podía calmarlo con los rezos, lo atribui de nuevo a Dios, que me ayudaba nuevamente, lo adoraba aún más, por su enorme amabilidad y generosidad. Volví a comprar al día siguiente los últimos dos periódicos, está vez solo corté de la parte de la imagen a Thomas Wayne y una de Bruce Wayne solo.

Los días fueron pasando, todo parecía mejorar, hasta que una semana después ellos fueron asesinados, y todos se olvidaron de nosotros, ni siquiera hablaron de como en cada invierno alguien moría (sobre todo bebés) por el inmenso frío, por gripa ya que algunas veces no tenían dinero suficiente para comprar los medicamentos. Seguíamos con el edificio pero sin el mantenimiento correcto no podíamos seguir ahí, utilizábamos los diezmos que daba la gente en cada misa pero a veces ni siquiera eso era suficiente. El funeral de Thomas Wayne y su mujer fue en un lugar muy grande y lujoso, ahí fue donde me di cuenta que realmente solo eran unas personas con dinero más, que fingían tener principios para ganar un poco de fama. Nadie hablaba de nosotros, de los que verdaderamente sufrimos, solo hablaban de Bruce Wayne, un "huérfano", ese maldito asqueroso no era un huérfano, tenía todo a su disposición, con todo ese dinero podría incluso comprarse nuevos padres si quería, comencé a odiarlo, odiaba que siempre todos en las calles (al menos una vez al día) escuchaba su nombre junto con la muerte de sus padres y la frase: "pobre niño" pero si alguien me veía a mi, nuestro orfanato, nuestra enfermedad sentían repulsion, pero con Bruce no, porque su dinero lo hacía más llevadero.