SeungCheol es un rey cuyo doctor le avisa que tiene una enfermedad desconocida que le arrebatara la vida en poco tiempo. Saberse a punto de morir le hace recordar sus tiempos de juventud y en el momento mas trágico de la misma que lo llevo a ser la...
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— Me temo que no podemos hacer nada, su alteza — La mujer a su lado soltó un lloriqueo, que el hombre en cama identifico como fingido y molesto. — En mis años ejerciendo este oficio nunca me había topado con una enfermedad de este tipo, me atrevo a decir que ningún médico la ha de conocer. No podemos tratar algo que no comprendemos.
SeungCheol escucho los sollozos de su esposa, la mujer lloriqueaba con pañuelo de seda en sus labios, su vestido color salmón hacia un perfecto contraste con sus largos mechones oscuros y su piel pálida, las arrugas en su rostro no la hacían menos hermosa, al contrario le daban un aura madura y elegante, sus mejillas espolvoreadas estaban increíblemente secas, ninguna lágrima caía por ellas a pesar de sus escandalosos y desesperados llantos. El hombre se contuvo de rodar los ojos, sus extremidades dolían tanto o más que su pecho, su respiración se había cortado en un momento, todo volviéndose negro a su alrededor, logrando que sus hijos se asustaran tanto al ver como su padre colapsaba justo después de descender de su caballo y golpearse la cabeza contra el pavimento.
Claro que el hombre simplemente pensaba que aquel desmayo había sido producto de la edad y su terrible costumbre de saltarse las comidas y, claro, su mal habito de fumar, pero resulto no ser tan sencillo, hacía una semana que se encontraba en cama, con el doctor visitándolo diligentemente y su esposa a cargo del reino en compañía de los hijos mayores, mientras una enfermedad desconocida se extendía por su organismo y empezaba a acotarle los días.
— ¿Me está diciendo que tan solo podre quedarme aquí y ver como mi marido muere? ¡Esto es insólito! ¿Qué clase de médico es usted? — El mencionado estuvo a punto de hablar, pero la mujer no se lo permitió, levantándose de su asiento. — No quiero escuchar sus mediocres excusas, siempre supe que no era más que un incompetente, la terquedad de mi esposo es lo que le ha mantenido con un trabajo como este ¿Sabe la cantidad de médicos que darían sus vidas por atender a mi familia? Y ustedes, sin embargo, no puede hacer bien su trabajo...
— KyongSuk — SeungCheol la llamo, deteniendo todo el monólogo ofensivo que la mujer tenía preparado. — Basta ya, él ha de saber las cosas que dice, tiene estudios que lo certifican y ha pasado toda una semana estudiándome, tampoco es un ser milagroso.
— Estoy preocupada por ti ¿Cómo esperabas que reaccionara? Me está diciendo que morirás — La mujer bufa con molestia, quitándose los guantes antes de tomar su vestido y salir de la habitación con pasos delicados, pero fuertes. Los hombres se quedaron en silencio escuchando el sonido de los tacones alejarse.
Segundos después los hijos del rey; JiHoon, YeongCheol y JiHae ingresaron a la habitación. Los tres jóvenes lucían desaliñados, los varones, JiHoon, su rostro delgado y pálido aún mostraba rastros de lágrimas, y YeongCheol, debajo de sus ojos se podían ver marcas oscuras que manchaban su piel aceitunada, vestían trajes bermellón y turquesa respectivamente, sus cabelleras azabaches ligeramente despeinadas, el cansancio se filtraba de sus cuerpos, atentos al reino y a la salud de su padre.
