II Parte

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El aroma a vegetación, el aire puro que emanaba la ciudad que lo vio nacer y lo crió. BaekHyun estaba nuevamente en Suncheon, hace años no hubiese creído que hubiera vuelto, pero ahora era una realidad y muchas cosas seguían intactas desde hace años. Su casa seguía ahí, el pequeño puesto callejero donde comía estaba ahí, el restaurante de la señora Woo seguía ahí. Aún recordaba los deliciosos fideos que eran una fiesta para su paladar, no iba a perder la oportunidad de probarlos una vez más aprovechando que estaba en la ciudad.

A pesar de estar feliz al estar en su ciudad natal, aún los nervios le dominaban, esos nervios llamados encontrarse con Park ChanYeol. Aunque lo último que sabía de él era que estudiaba en una universidad de Seúl ¿Qué tanto era la probabilidad de reencontrárselo? Tal vez una en un millón. No sabía dónde estaba él y las redes sociales tampoco le ayudaban del todo. En realidad, estaba muy ocupado manteniendo el negocio familiar y creando alianzas y fusiones con otras empresas que casi no pudo disfrutar de época de adolescente-joven. Ser el hijo de una familia de negocios no era interesante. Si pudiese volver atrás, hubiese preferido quedarse en Suncheon a disfrutar de su adolescencia e ir a la universidad y estudiar lo que verdaderamente le gustaba.

Por presión de sus padres y siguiendo el negocio se vio obligado a estudiar Administración de empresas. Si le hubiesen preguntado sus padres que hubiese querido estudiar en aquel momento, su respuesta habría sido muy diferente. Prefería a los animales y es que ChanYeol le enseñó mucho sobre ellos a pesar que él no era un experto,  pero si lo suficiente para darse cuenta que veterinaria era su mejor opción.

Salió del departamento donde se encontraba para caminar cuadras abajo en busca de esos deliciosos fideos que había extrañado. En su camino se percataba de cada rincón de la ciudad, recordando anécdotas en cada zona. Anécdotas que le hacían sonreír y sentirse nostálgico. El restaurante había cambiado, antes era una pequeña casa con unas cuantas mesas, ahora era muy diferente, se veía amplio y había un enorme cartel con el nombre del restaurante. El lugar estaba lleno desde afuera y es que era hora de almuerzo, además hasta donde recordaba el lugar era muy bueno y tenía mucha demanda.

Estaba apunto de abrir la puerta tomando la perilla, pero no se esperaba ver al chico de metro ochenta y cinco frente a él con una puerta de vidrio irrumpiendo su paso. Vaya que seguía igual. Cabello oscuro casi en forma de hongo con mínimas ondulaciones, su cuerpo grueso debido a su trabajo o a lo que fuese que estuviera haciendo. Seguía siendo el mismo Park ChanYeol pero con seis años más. Era aquel hombre que le entregó su cuerpo, aquel que le enseñó sobre los animales y lo bonito que era la naturaleza, aquel hombre que lo dejó con una cicatriz en el corazón, ese era Park ChanYeol. Se sentía tan intimidado que no era capaz de dar el primer paso, pero tampoco podría ser tan descortés no saludarlo. Por suerte y JongDae fue el que rompió la burbuja de incomodidad y desasosiego. Aún así sus palabras fueron como el viento, no recordaba lo que había dicho en ese entonces pero estaba muy seguro que se escuchó nervioso. Hubiese querido seguir hablando y más con ChanYeol pero el hombre se veía engorroso y al parecer sin la iniciativa de hablar al apenas saludarlo.

¿Había sido muy cortante al saludarlo? ¿Debió mostrarse más agradable? Esas preguntas se inundaban en sus pensamientos mientras se llevaba el plato de fideos a la boca. Admitía que estaban deliciosos pero con esos pensamientos no podía aclarecer su mente un cien por ciento. No esperaba que al apenas poner un pie en el pueblo lo primero que ocurriría sea encontrarse con su ex novio.

— Hijo, cuando termines de comer debes ir a la alcaldía para firmar unos documentos de permiso para poder iniciar con la construcción. Debe estar la señora Kim, mamá de JongDae — Indicó su madre.

BaekHyun no había oído del todo ya que seguía sumergido en sus pensamientos, pero sabía el itinerario del día. Era una persona muy ordenada y apuntaba todo su calendario en su teléfono para evitar cometer errores.

Juste Un Pas  || ChanBaek ||Where stories live. Discover now