Bebé, el cielo está es tus ojos (Rodrivan) (Adaptación)

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Cuando Iván se despertó a la mañana siguiente, Samantha no estaba en la cama. La encontró en la sala de estar, sentada en el sofá entre Rodrigo y Rusher, comiendo el desayuno, que probablemente, había ordenado.

Todo el mundo ya estaba allí, vestido con la ropa de la noche anterior, con aspecto cansado.

"Buenos días." Le dijo a nadie en particular y todo el mundo lo recibió de vuelta con la boca llena.

Iván encontró su lugar al lado de Luck en el lateral de la butaca. Escogió un mollete de chocolate de la meseta llena de dulces y frutas.

Iván comió, tratando de no hacer contacto visual con Rodrigo. 

Se sentía un poco raro por lo que había sucedido la noche anterior, al igual que se sentía días después de que Rodrigo lo hubiera hecho venirse. Pero se desvaneció con el tiempo, porque Rodrigo estaba actuando como de costumbre, haciendo burlas durante el desayuno y bromas.

Cuando Samantha les dijo que había tenido el mejor sueño de las últimas semanas, Rodrigo hizo contacto visual con Iván y le guiñó un ojo, mordiéndose el labio.

Iván no pudo reprimir la sonrisa que apareció en su rostro y Samantha sonrió porque pensó que la sonrisa era para ella.

"Entonces, ¿qué harás para tu cumpleaños Iván?" Preguntó ella mientras bebía lo que quedaba en el vaso de jugo de naranja.

"Tenía pensado hacer una fiesta en el hotel de mi tío." Él respondió y Rusher asintió con entusiasmo. "Pero va a ser un día antes de mi cumpleaños, el 23, porque mis padres me quieren en casa para la cena de Nochebuena."

"¿Tu tío es dueño de un hotel?" Rubén preguntó sorprendido e Iván asintió.

"Del St. Paul".

"Ese es el más caro en Argentina" Rodrigo habló.

"Por supuesto que lo es."

Terminaron el desayuno a los quince minutos, y al mediodía se fueron. Y si, Iván informó que una mujer en la puerta se había acostado con un cliente, pues bien, ese no era su trabajo.

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La próxima semana tuvo dos pruebas. Samantha se quedó casi todas las noches, y a Iván no le importaba el hecho de que todo lo que hicieron antes de dormir fue tal vez nada. Rara vez se dormían abrazados e Iván estaba bien con eso.

No sabía si debía sentirse culpable por el hecho de que Rodrigo le había hecho irse y viceversa, o porque no se sentía culpable en absoluto.

No había visto a Rodrigo desde el día del baile, y para ser honesto, estaba un poco nervioso acerca de su fiesta de cumpleaños. Iba a comenzar dentro de dos horas, y sabía que Rodrigo iba a venir, y que todo el mundo tendría su propia habitación de hotel.

La madre de Iván había ordenado su traje de Dolce Gabbana e Iván estaba emocionado porque lo llevaba, y porque era el más caro. Era muy suave y los zapatos hacían juego, con una camisa negra muy agradable con cuello blanco. Llevaba el pelo en una franja suave y no podía estar más emocionado.