Capítulo 12

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A la mañana siguiente me despertó los gritos de Romina

—Es que como entre y los vea durmiendo en la misma cama ¡Lo mato! Cancelo el compromiso y los mano a ambos.

El estruendo de la puerta al chocar contra la pared me sobresaltó y As me abrazó con fuerza.

—¿Qué se supone que hacen? Suéltala Asmodeo

—Si no querías que la abrazara, ¿para qué nos espantas abriendo la puerta de esa forma? ¿Estás loca?

—Loca no, furiosa. Quiero ver el preservativo de ayer dentro de su bolsa sin usar. 

—No lo uso —respondí.

—¡No se cuidaron! Están locos tú, niña. ¿Cómo puedes permitir eso?.

—¿De qué habla? —le pregunto a As luego de no entender más de la conversación.

Él niega con la cabeza y se levanta de la cama. 

—Vete Romina, la verdad ya no te aguanto. 

—¿Estás seguro? —suena amenazante. 

—¿Necesitas que lo repita? —responde.

—Haré que te maten, lo juro por mi madre.

—¡Espera! —me apresuro, luego del sueño que tuve no quiero que tengan una mala relación. Tengo miedo que realmente ella lo mate. —No sé qué es lo que piensas que pasó, pero seguramente no pasó. As y yo solo dormimos y nada más. No jugamos juegos en el celular, ni vimos una película, ni cenamos en la cama, solo dormir. Mira —lo señalo —Hasta se puso un pantalón por qué te molesto que no lo llevara puesto ayer.

—¿De verdad no paso nada más que eso? —su voz se suavizó

—¡De verdad! Discúlpame por molestarlos y ser una miedosa, hay muchos cambios en mi vida en este momento y estoy tratando de adaptarme lo mejor posible, pero aún me falta demasiado.

Ella sonríe —Me gusta esta niña. 

—No necesitas darle tanta explicación Juliette

—Pero quiero hacerlo —volteo a verlo molesta, no quiero que la haga enojar de nuevo. 

—Como quieras, pediré el desayuno —toma el teléfono del cuarto y se sienta.

—Ignora lo que As te dijo sobre irte, ¿por qué no desayunas con nosotros?

—Esta niña no tiene idea de nada, pero yo sé que nada de esta relación terminará bien. 

Sonrió y me siento en la mesa frente a Asmodeo.

Le tomo la mano y dejo que escuche mis pensamientos.

—Óyeme tú, en la que la hagas enojar, te mata. Así que por favor modérate. En mi sueño va, pesadilla, ella era la causante de tu muerte y todavía no sé si fue una premonición o un simple sueño creado por mi imaginación, así que ve con cuidado. 

Él sonríe —No te preocupes, no puede matarme. Y en la primera que lo intente la mato yo. 

—Que fácil ustedes hablan sobre quitar vidas ajenas, estar con vida es un regalo y nadie debería tomar la decisión de arrebatarla tan sencillamente y sin culpa como ustedes. 

—Tienes razón Juliette, pero cuando creces en este entorno sentir amor y culpa es muy complicado. Por eso me agradas tanto, eres como una rosa blanca, se ve linda, delicada, elegante, pura, pero en lo bajo tiene espinas. Tu espina soy yo y las cosas malas que vas a tener que hacer para salvarme.

—Tú no eres una espina As, eres el sol que me da vida. 

—El sol también quema y seca.

Suelto su mano y corto la comunicación, Entiendo que él está cegado a creer que todo lo malo en mi vida será por su culpa, pero yo no lo creo así. 


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¡Bellezas! ¿Cómo están? ¡Muchas gracias por la espera! Mi idea es esta semana publicar otro capítulo más a falta de la semana pasada! 

Gracias por leer Juliette ♥





JulietteWhere stories live. Discover now