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Khloe fue capaz de escuchar sus voces murmurar en el techo de su cuarto mientras intentaban abrir la ventana. ¿Podía levantarse y abrirles? Seh. Pero en lugar de hacer eso, tomó las frazadas y las usó para cubrirse la cabeza, queriendo ocultarse patéticamente.
Intentó dormir de nuevo, pero eventualmente la ventana fue abierta y dos personas se hicieron presentes en su tranquila habitación que pronto se llenó con el sonido de sus pasos y respiraciones.
Se acercaron a la cama. No se movió. Tampoco tenía planeado hacerlo.
── Khloe ── dijeron Scott y Stiles al mismo tiempo, pero ella los ignoró totalmente.
Evitarlos se estaba haciendo cotidiano en su vida a pesar de no gustarle, pero esa vez no estaba enojada con ellos, solamente necesitaba estar sola para procesar el hecho de que Laura murió, por lo que usó todo el fin de semana para eso. Incluso su papá la dejó tranquila, lo que era un milagro.
── ¿Crees que está despierta? ── preguntó Scott luego de unos segundos.
── Yo creo que está muerta.
── Ustedes van a estar muertos si no se van de mi cuarto ── habló finalmente.
Su voz estaba terrible por la sequedad de su garganta. Ni siquiera recordaba cual fue la última vez que tomó agua, se la pasó durmiendo, lo cual no era para nada sano, pero ayudaba a no pensar. Suponía.
── Levantate, hay que ir a la escuela ── Stiles volvió a tomar las riendas de la situación.
── No quiero ir. Vayanse.
Escuchó los suspiros salir de ambos, antes de que dos pares de manos se aferraran a las frazadas en un intento de destaparla, pero ella dió pelea también. Trató de sujetarlas con la mayor fuerza posible, pero olvidó que ahora había uno con fuerza sobrenatural.
Finalmente pudieron dejarla al descubierto. Khloe se hizo una bolita en su lugar por el frío que la invadió, pero giró la cabeza para verlos.
── ¿Estás bien? ── preguntaron al mismo tiempo, examinando su expresión.
── Sí ── respondió rápidamente, pero por las miradas que le dieron, supo que no me creían ── ¿Podemos no hablar de eso? Por favor, no quiero hablar.
Ellos se miraron un momento, decidiendo en silencio que hacer con ea. Pero terminaron por asentir, no muy convencidos pero sin presionarla. Lo cual agradeció en silencio.
Miró a Scott, y ahí notó que lucía como un cachorro perdido.
── ¿Y a ti que te pasa? ── cuestionó sin moverse de la cama, escaneandolo de arriba abajo.
Miró nervioso sus manos ── Creo que... hice algo anoche.
Se veía realmente terrible y culpable. Ella gruñó molesta mientras se levantaba de la cama.
