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La decisión está tomada, el fic continúa con Erling. Los detalles están en mi muro :P

Perdón por crearles tantas ilusiones, pero les prometo hacer algo con Pedri más adelante 💔

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Rosario despertó en una cama de hospital, cuando su visión se acostumbró a las encandilantes luces de la habitación, se dió cuenta cantidad de cosas que la rodeaban.

Tres jarros con flores, una pila de notitas, cinco o seis cajas de regalo y por supuesto, Savannah y Pedri, ambos dormidos en el sillón de espera.

Rosario agarró su celular de la mesa junto a la camilla, eran las 4AM y tenía muchísimas notificaciones que probablemente vería después. En la mesa también habían indicaciones de que botón apretar otra llamar a alguien, así que Rose lo usó para llamar a una enfermera, estaba hambrienta.

No de maní, nunca más.

El ruido despertó a Sav que sin querer le dió un codazo a Pedri, despertandolo también.

- Rosi, ¡Despertaste!

Ambos se pararon para abrazar felices a su amiga.

- Dieu Rosario, pensé que te habías ido al otro lado.

- Ay Savannah, si esto ya me pasó mil veces de chiquita.

- Rosario, estás bien, y eso es lo que importa - Pedri tomó su mochila y sacó algo - Traje los dulces que te prometí.

- Gracias cabezón... Gracias por quedarse chicos.

La enfermera por fin llegó acompañada por un doctor y sacó a ambos de la habitación para revisar a Rosario más tranquila.

La dejaron irse, pero cuando ella se sentó en la cama, se empezó a escuchar una pelea en el pasillo. No eran gritos pero escuchaba bastante acalorada.

Rosario se paró y se puso su ropa mientras los doctores salían a ver que pasaba.

— Admito que tienes que tener las bolas bien puestas para venir aquí, gilipollas, vete — Rosario reconoció el acento de Pedri.

— ¿Quién eres tú para decirme que hacer?

— Erling, basta vamos a sentarnos, te tomas un poco de agua-

— No sentarse nada, Pedri tiene razón, perdés tiempo acá porque Rosi no te quiere ver ni en pintura.


Finalmente la rubia apareció por la puerta mirando de un lado a otro a los que peleaba.

— Rose...

— Ya estamos grandes para esto  dejen de boludear.

Julián fue el primero en abrazar a Rosario, si bien sabía de su alergia, nunca estuvo presente en ninguna situación de estas y estaba realmente asustado.

via twitter- erling haaland × ocWhere stories live. Discover now