❅ Opposites ❅ [George Weasley]

ɪ. ᴛʜᴇ ʙᴇɢɪɴɴɪɴɢ ᴏꜰ ᴇᴠᴇʀʏᴛʜɪɴɢ

ᴛʜᴇ ʙᴇɢɪɴɴɪɴɢ ᴏꜰ ᴇᴠᴇʀʏᴛʜɪɴɢ
ᴇʟ ɪɴɪᴄɪᴏ ᴅᴇ ᴛᴏᴅᴏ

28 ᴅᴇ ᴀɢᴏꜱᴛᴏ ᴅᴇ 1989, Callejón Diagon Tienda de Madame Malkin, túnicas para todas las ocasiones.

La mujer rechoncha vestida de malva, terminaba de ajustar la túnica de la pequeña de 11 años, la bruja de avanzada edad le tomaba medidas a todas partes de su cuerpo, aunque le resultaba exasperante obviamente no se quejaba, era un niña disciplinada y sabía que todo ese revoloteo era inevitable para lograr conseguir sus túnicas. Estaba siendo consentida por las empleadas del local, quienes halagaban como modelada todo lo que confeccionaban, obvio que ella sabía que solo buscaban comerciar pero, de todas formas, aquello solo lograba incrementar el ego de joven.

— Ara, creo que necesitaras más plumas, iré a comprarlas, regreso en un momento, espérame aquí, ¿Si?

La joven volteo a observar a su madre, que estaba sentada en una esquina del local, su padre y su hermano habían decidido ir por sus libros, y también hacer una pequeña visita a la tienda de Quidditch a petición de Draco. Ara asintió en dirección a su madre, luego de la mujer saliera del local, la vieja bruja le hablo, sacándola de sus pensamientos.

— Ya terminamos cariño, te puedes sentar mientras esperas a tus padres.

Antes de que la joven pudiera abrir la boca, la campana interrumpió sus palabras. Un hombre pelirrojo, entro seguido de dos chicos que por su parecido dedujo que eran gemelos.

"No parecen que pudieran costear algo del lugar" Ese pensamiento invadió la mente de Ara, cuando uno del par de pelirrojos tomo asiento a su lado, mientras el otro iba a que tomaran sus medidas.

— ¿Va a ser tu primer año?

La pregunta del chico hizo que la niña dejase de prestarle atención a él pelirrojo que estaba sobre la plataforma.

— En Hogwarts, ¿Va a ser tu primer año?— repitió, ante la mirada desconcertante que le daba la rubia.

— Si...

— ¡Eso es fantástico!— exclamó, moviéndose y siendo reprendido por su padre que estaba sentado en un sofá a unos cuantos metros de distancia de ellos.

— También será el primer año para mi hermano y para mí— la niña se permitió posar su mirada hacia el otro pelirrojo que había observado con anterioridad.

— Soy George por cierto, y mi gemelo es Fred.

— Ara.

— Lindo nombre, ¿A qué casa quieres entrar? Tengo 6 hermanos, todos fueron e irán a Hogwarts, y todos fueron y serán Gryffindors.

— Slytherin— la joven esperó que el pelirrojo entendiera que no tenía ganas de entablar una conversación

— ¿Slytherin? Esa casa está llena de malvados magos oscuros.— hizo una mueca.

— Un mago no define una casa.— respondió tranquilamente.

— ¿Te imaginas que quedáramos ambos en Gryffindor? Seria genial. —El pelirrojo lo había dicho en broma intentando aligerar el ambiente tenso que se había creado.

— Volvería caminando a casa, antes de entrar a Gryffindor.

— ¿Quién es tu amiga Feorge? 

Ahora la atención de la rubia se encontraba el segundo pelirrojo que estaba de pie frente a ellos.

— Ah, ella es Ara per...  

La frase se vio interrumpida por la campana, un hombre de tez extremadamente pálida y de larga cabellera rubia, entro al comercio. Ara se levantó de inmediato, empujando al pelirrojo que estaba de pie.

 — Padre —dijo mientras se acercaba a Lucius Malfoy, pero este simplemente la ignoro mientras la tomaba por el hombro y la coloco a su lado, mientras el señor pelirrojo se levantaba y se acercaba a los gemelos. — Weasley —hablo con hostilidad Lucius.

—Malfoy —respondió de la misma el señor Weasley.

— ¿Ya pagaste las túnicas? —Hablo ahora sí, hacía en ella.

— Si. — hablo algo intimidada, el agarre en su hombro era firme, pero sin llegar a lastimar. —  Perfecto, nos vamos.

— Adiós, Ara —se despidió con una mano George. Ella iba a corresponderle el saludo, si no hubiese sido por el apretón en su hombro.

Cuando se encontraban fuera de la tienda Lucius hablo.

— No quiero que te acerques a esos niños. Puede sorprendente, pero existen magos que, si bien son sangre pura, les gusta hablar con muggles y con hijos de muggles, una aberración — escupió esto último con odio. —Recuerda que los muggles, sangre sucias y traidores a la sangre no son personas que se merezcan una plática contigo— repitió las palabras que había escuchado una y otra vez, de el mismo y de parte de su madre .

— Si, padre.