Cómo se supone que unos jóvenes sepan cómo criar niños, es casi seguro que cometieran algunos errores por no decir muchos, pero para eso está para intentar aprender y superar.
☞ one-shot de la vida diaria de estas familias o cituacion inventadas.s
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La peor parte del día para Roier desde que empezó a invernar por la costumbre adquirida de su antigua pareja, es la tarde cuando su hijastro y esposo se van de casa en busca de aventuras o simplemente pasar tiempo con su demás familia brasileña.
Comúnmente invitan a Roier a pasar el día con ellos, pero sinceramente no se cree capaz de salir de casa sin ponerse de malas o quedarse dormido en cualquier lugar, ya le a pasado varias veces que intento estar un tiempo fuera del castillo y termina preocupando a Cellbit a verlo como se queda dormido en cualquier sitio incluso parado.
Asi que para no preocuparlo decidió solo esperar a que la hibernación pase y retomar su vida de casado.
Eso no quita que el tiempo sea torturoso, en especial cuando tus sueños y pensamientos giran entorno a una sola persona, recordándo lo feliz que eran juntos y como todo se destruyó por una mala decisión, solo por hacer caso a Quackity de tomar unas vacaciones de Alcalde y Damo de Tortillaland.
Hoy no fue la excepción, recordaba como unos días antes del evento final de Minecraft extremo, pasaron todo el día juntos, haciendo travesuras, de aquí para allá, la primer flor que Spreen le regaló una rosa roja, la flor dijo todo lo que en la garganta de su entonces amado osito.
El en ese momento solo sonrió y se quedaron viendo el anochecer juntos tomados de la mano, en su desde antes ya tenían una relación amorosa, Spreen buscaba a Roier todas las mañanas para que le cocine y se den una sesion de mimos, para luego seguir su dia.
Ese día en específico que le regaló la flor roja, recuerda claramente sus palabras y sus penetrantes ojos violeta mirándolo fijamente.
—al termino esto, ven conmigo Roier—
Recuerda haberse quedaron unos minutos pasando por la petición repentina, no sabe que cara debió de poner para que Spreen se pusiera nervioso y sin mirarlo dijera.
—y no es una petición, es una orden—
Después de escuchar eso no pudo evitar reír de ver al osito con las mejillas rojas y mirando hacia el atardecer.
—y ¿quién eres tú para ordenarme cabron?—
El oso solo sonrió de forma ladina y tomandolo de las caderas lo recostó, colocándose encima suyo.
—sos mío Roier y si es necesario amarte para llevarte conmigo lo haré—
Recuerda haber pasado sus brazos en un intento de coquetería por los hombros del híbrido y haber tirado de forma delicada de el para acercarlo a su boca.
—quisiera ver qué lo intentes papi —
—no le retes—
Con cada frase se hiban acercando más
—prefiriria que me amarres para otras cosas o si no me obligarse a escapar de ti—
El oso solo río y lo beso con brusquedad y cariño, así como su amor brusco pero cariñoso.
