nos creíamos canción y no tuvimos final

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para grey y guadalupe, lamento no haber sido más madura cuando nos conocimos.




porque recordarnos es lo único que podemos hacer.

elvira sastre

hay niebla en mis recuerdos. hace que sea incapaz de ver con claridad muchas memorias que me gustaría recordar como lo que jugaba de pequeña, lo que me gustaba en el bachillerato, como pasaba mis tardes en casa, cuando termine la preparatoria e inicie la universidad o mi vida adulta, sin embargo, los momentos con vivi siempre son completamente claros.

la recuerdo en un salón con paredes insípidas y pupitres incómodos en medio de una clase aburrida. ella me mantenía despierta, lo suficiente para ponerle atención a lo que hacía, sus botas rosas, los suéteres con estampados bonitos, sus ojos viendo todo lo que había en el pizarrón con interés. mucho interés, como si ahí estuvieran escritos los secretos del universo.

sus dedos trazando hábilmente apuntes que seguro eran importantes, cuando quería intervenir mantenía la mano derecha en el aire mientras que sus dedos de la izquierda se movían en su cuaderno. su voz, clara durante las clases pero amable, no la escuche trabarse jamás... en clase.

y luego mucha niebla.

niebla

niebla

niebla

y quizá un poco de lluvia disipando todo,

no lo suficiente,

jamás suficiente.

y niebla

y

n

i

e

b

l

a

entonces me sentía muy mal y creí que el mejor lugar del mundo era mi cama con georgia a mi lado ronroneando a la espera de que zoro llegara y nos alimentara, con un poco de comida para mantenernos vivas y un poco de amor para que el pecho no me doliera más.

siempre fue un gran chico, pocas palabras y muchas acciones. lo quiero tanto que jamás quise verlo triste, si pudiera, le daría el mundo, lo merece. creo que lo encontró muchas veces, una vez junto a mí mientras corríamos en un bosque de noche.

era año nuevo y la casa de zoro parecía un castillo y mihawk nos dejó aventurarnos. junto a perona fuimos de aquí para allá y luego estábamos corriendo, huyendo del tiempo en un bosque oscuro, el viento chocaba con nuestra cara, manteniendo frías nuestras mejillas y las carcajadas brotaban de nuestros prematuros labios.

nunca terminé de agradecer todo lo que hizo por mí. no fui ni la mitad de lo que merecía, no fui jamás lo que necesitaba. ni esa noche ni otras.

no fui.

y supongo que está mejor ahora, espero que lo esté.

aun recuerdo cuando nos encontró juntas; vivi estaba usando ese overol rosa y recitaba a elvira sastre. no nos gusta la poesía, ella la lee porque necesita mejorar sus ensayos y yo no me canso de escuchar su voz.

apenas unos versos y no pude verla sola más tiempo, necesitaba abrazarla con urgencia, para calentarla, para calentarme, para saber que estaba conmigo y que era real.

tomándola entre mis brazos y sintiendo como su cuerpo me regresaba el gesto me hacía sentir tan feliz que cerraba los ojos para evitar las lágrimas, no podía creer que una chica de veinte años con el cabello azul y un gusto extravagante por su carrera me hiciera sentir tan querida.

nos creíamos canción y no tuvimos final ; naviWhere stories live. Discover now