Rebecca Graham sueña con ser una gran cantante desde que tiene memoria, y la oportunidad se le presenta una vez que en Hogwarts hay un concurso donde el ganador, ganaría miles de galeones. El problema es que tiene que competir con Sirius Black, su e...
- Es obvio, no conseguí mi fantasía perfecta... comprendí que te amas a ti mismo mas de lo que pudiste amarme...
- oh, Sirius genuinamente tenía razón. - me asusté en cuanto James se muestra en la sala común de Ravenclaw, no hay manera en la que el haya podido entrar solo. - si cantas muy bien.
- ¿cómo rayos lograste entrar? - me levanté de mi asiento, y me acerqué a donde el estaba para ver si venía alguien detrás suyo. - ¿contestaste correctamente la pregunta?
- no, Ian me dejó pasar. - asentí con la cabeza cuando capté que eso tenía mas sentido. - pero dijo que ahorita vendría, creo que va por Dorcas.
- ¿Sirius dijo que canto muy bien? - pregunté con una amplia sonrisa en mi rostro. - ese comentario no vale nada para mi si lo dijo después de que terminamos.
- ¿qué? ¿por qué?
- es obvio que solo lo dijo porque no soy su pareja, es porque soy la competencia ahora. No porque lo crea del todo. - dije caminando a la habitación que había separado para practicar y James me sigue.
- te voy a preguntar algo y espero y me contestes con la verdad. - este me dice y asiento con la cabeza mientras cierro la puerta detrás nuestro. - ¿lo sigues queriendo?
- no pienso contestarte eso, vas a ir seguramente a contarle y no es lo que quiero. Tu estás aquí para hacer música, no porque realmente seamos amigos y me vaya a desahogar contigo.
- bueno, esa canción que cantabas antes de que llegaras, parecía estar llena de odio. Eso debe expresar mucho como te sientes. - se acomoda los anteojos y lo miré de frente. - odio.
- no es odio. - reí. - bueno, quizás. Pero descuida, la canción no es para el concurso. He escrito otra para ello ¿quieres oírla?
- por supuesto. - tomé asiento en el piano y este sin dudarlo dos veces, se sienta a mi lado. Voltee a verlo con confusión pero no me dice nada y solo sonríe. - adelante, quiero oírte.
- puedes hacerlo desde el sofá. - se pega mucho mas a mi y tengo que admitir que aquello me hizo sentir algo nerviosa. No por el, sino en si porque nunca he tocado enfrente de alguien mas que no sea Sirius. - solo no me miras.
- lo prometo. - levanta ambas manos y por fin me concentro mejor en tocar las notas.
- traté fatídicamente de elegir mis batallas hasta que la batalla me eligió. Miseria, como la guerra de palabras grité en mi sueño y pasaste justo al lado. Estaba en el callejón, rodeado por todos lados. El cuchillo corta en ambos sentidos... - hice una pausa porque la parte siguiente no la he terminado. - Y me caí del pedestal. Justo por la madriguera del conejo. En pocas palabras, fue un mal momento. Empujada desde el precipicio y aferrada a los labios más cercanos. En resumen, fue el tipo equivocado. - me detuve de tocar el piano y James si me estaba mirando, a lo cual lo miro con enojo porque solo le pedí una cosa. - gracias por hacerme caso.
