Capítulo 8 (+21)

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Era él, era Elijah.

Ese chico era él.

Tal vez esa era la razón del que Elijah se tomará tantas molestias conmigo.

O simplemente me había olvidado y por alguna razón se obsesionó conmigo al verme en el Brulett.

¿Por qué dejo de asistir al Brulet?

Era mi mejor amigo en el mundo, me ayudaba a sobrellevar toda la mierda que estaba pasando allí.

Escuché unos pequeños toques en la puerta.

—Adelante.

Abrieron la puerta, y espere ver a Scott, pero no fue así, era él.

Lo miré por mucho más tiempo, y él parecía extrañado.

—¿Está todo bien?—preguntó.

Baje la mirada y asentí.

—Bueno.—no parecía muy convencido.—Scott te traerá ropa, necesito que te vistas iremos a buscarte algunas cosas.

No quería salir, quería encerrarme en está habitación hasta que ingeniera un plan de cómo acabar con el Brulet.

Asentí mientras entornaba los ojos.

Él cerró la puerta a sus espaldas, y comenzó avanzar hacia mí.

Necesitaba controlar mi pulso, o tendría un ataque al corazón.

—¿Qué quieres, Elijah?—pregunté.

Sonrió al escuchar su nombre, lo cual era gracioso ya que ese idiota no dejaba que nadie más lo llamara así.

—Te miras muy bien, en las mañanas.—confesó.—Tan delicada, esa palidez en tu piel y la combinación de tu cabello con ella, es simplemente exquisita.

Me ruborice por eso confesión.

Maldito, y mil veces maldito.

En un movimiento delicado posó su mano en mi rostro y lo acarició, mi ojos inconscientemente se cerraron por su tacto.

—Aurora, ¿quién fue?.—dijo sutilmente.—dímelo, y te prometo que lo haré sufrir, solo tienes que decírmelo.

Abrí los ojos y estuve a unos segundos más de poder decírselo, pero no quería.

Él no tenía nada que ver acá, si alguien haría pagar a Caín, sería yo.

Yo lo haré pagar.

—No lo harás, porque yo me encargaré de eso.—dije.—Yo lo haré, yo quiero verle sufrir.

Él parecía sorprendido por eso que había dicho, sabía que no lo esperaba.

—Puedes dar mucho miedo cuando te lo propones, pequeña.—agregó.—Está lista en treinta minutos vengo por ti, no me hagas esperar.

Soltó mi rostro y salió de la habitación.

Elijah era un completo enigma, y la pregunta real, era si tenía las ganas suficientes para descubrirlo o comprenderlo.

No lo creo.

Scott llegó a los segundos a dejarme dos mudas de ropa, una era un vestido rojo largo algo suelto, tenía una abertura en la pierna derecha era bastante coqueto ese vestido.

Y también estaba la otra muda que consistía en unos jeans y una sudadera roja con unas letras en negro, opté por esa opción, aun tenía marcas en el cuerpo y no quería que todos me miraran cómo un extraterrestre al verlas.

Brulet. (+21)Where stories live. Discover now