Capítulo 11.

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—Capítulo 11—.

“Quien es ésta mujer”.

—días antes—.

Ella tomó mucho aire, sujetando con fuerza las asas del bolso que llevaba colgado con su mano libre. Luciendo aquel vestido floreado y algo cojeante se acercó a la recepción de aquel hospital, por la mirada de las enfermeras en recepción, ellas la reconocieron al instante y, siendo sincera, sus miradas no eran exactamente las más agradables para ella.

De cualquier forma, adoptó su confiada personalidad y no permitió que las miradas de esas larguiruchas la opacaran.

—¿Mi abuela está despierta?

No preguntó por horario, siquiera tuvo que decirles su nombre, ellas ya sabían bien quién era ella. No le importaba en lo más mínimo esas mujeres, estaba aquí por su abuela, no por ellas.

Aunque trataron de hacerlo algo molesto, tras firmar algunos formularios y esperar por un pase de entrada, una de las enfermeras toscamente le pidió que la siguiera y así, la dirigió a la sección de pacientes con permanencia o, que ya estaban establecidos con su propia habitación. Era la primera vez que estaba ahí en mucho tiempo, la última vez, se trataba de un lugar desagradable, sin aire acondicionado y, acompañada de muchos más pacientes decaídos.

Ahora, estaba en una sección relativamente de lujo, ¿Dan había pagado ésto para su abuela? Qué infantil, aunque sonara egoísta, al ver dónde se estaba quedando su abuela, entendió el porqué de tan grande deuda.

Ella, desde que aterrizó en Corea o, mejor dicho, unos meses antes de hacerlo, empezó a pagar el mejor tratamiento para su abuela, preguntó por el pago de estadía pero, según era información "confidencial" que, no se le podía dar, en sí, le dijeron que alguien se había encargado de pagar la estadía de su abuela por tres años más. Su teoría era que, hubo alguien lo suficientemente generoso en ese hospital que, al ver a esa pobre anciana en dicho estado, le tuvo algo de compasión.

Para cuando la enfermera abrió la puerta y, le avisó a la anciana que su nieta estaba ahí, a la mujer mayor, con un lindo gorro tejido en la cabeza y una bata de flores, se le llenaron al instante los ojos de lágrimas y, sonrió alegremente, emocionada. La enfermera cerró la puerta y, dejó a _________ ahí sola con su abuela que, le pidió que se acercara para poder darle un abrazo.

La odiaba.

Realmente había luchado por no pensar así de una mujer que estaba enferma y, que hizo lo posible por darle lo mejor, pero, desde que abandonó a esa familia, los odió por siempre. Porque por culpa de ellos y su negligencia al adoptar a una niña que siquiera podrían mantener, padeció algo que nunca podría olvidar.

De cualquier forma dibujó una sonrisa agradable en su rostro y abrazó a la mujer que lloraba de alegría. Hacía ésto por Dan, por nada más.

—¡Cuánto has crecido, pensé que nunca volvería a verte! —exclamó con alegría.

—Tengo un trabajo muy importante en Estados Unidos, así que, no podía venir —le dijo ella, sentándose en una silla que estaba junto a la cama.

—¡Enhorabuena! —felicitó la mayor—, tus padres estarían orgullosos; tú y Dan se esforzaron mucho.

Ella nunca consideró a esos demonios como "padres". Aborrecía Corea y todo lo que se moviera ahí gracias a ellos.

—Supongo que sí...—se encogió ella de hombros.

La mujer mayor al instante se alarmó al ver el cabestrillo que esta llevaba.

—¿Qué te pasó?, ¿Te fracturaste un brazo aquí? —preguntó su abuela, mirándola con preocupación y dulzura.

 OUTSTANDING DEBT [Jaekyung × reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora