Cold gap - Charles y Carlos

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"Necesitamos incrementar el ritmo", "no está siendo una buena vuelta", "estás P7", "vamos a retirar el auto".

— Necesito un respiro de todo esto -suspiró Charles, llevando sus manos a su rostro, cubriéndolo.

— No queda mucho para el summer break, mucho tiempo para descansar y despegarse un poco de las carreras —su compañero de equipo intentó animarlo.

— Es que... no es que quiera descansar de las carreras, todo lo contrario. Todo está yendo tan mal que me alimenta cada vez más y más el hambre por correr y ganar... pero todo parece nunca mejorar.

   El monegasco estaba harto de fallar sin importar cuanto lo intente, parecía estar destinado al fracaso y pasar a la historia de la Fórmula 1 como aquel talento que nunca floreció.

— Lo sé, lo entiendo. Otra temporada de la que no creo que podamos esperar mucho. Es loco pensar que Ferrari esté donde está a día de hoy. Pero, no hay mucho que puedas hacer frente a la mala suerte, Charles —Carlos le dio una palmada en el hombro y se levantó para ir a pagar el café que habían tomado.

   Mucho corría por la mente de los dos pilotos de Ferrari; la suerte, la acumulación de malas decisiones y malas gestiones, los fallos mecánicos habían llevado al prestigioso equipo italiano a un punto de inflexión importante. Pero Charles estaba cansado de la frustración y el estrés que esto le causaba, pues su mayor sueño en la vida, su mayor ambición y su propósito por correr y ganar en su escudería soñada con la cual tendría la capacidad suficiente, se estaba viendo opacado por algo que estaba fuera de su alcance.

   "Charles Leclerc es un piloto mediocre, cualquiera en su lugar podría competir por la cima de la tabla de puntos", "Ferrari está arruinando su carrera", "Leclerc podría no continuar corriendo para Ferrari", "Los Red Bull siguen imbatibles esta temporada".

— Hey, chico —Sainz chasqueó sus dedos para despertar a Charles de su trance-. Es hora de volver.

   Sin mediar palabra, dejó su asiento y una propina para luego caminar hacia la salida. Odiaba sentirse apagado y triste, él siempre había sido el risueño, la luz en la oscuridad para tantas personas. Verse a sí mismo en lo que siempre luchó para evitar era simplemente inaceptable, pero nunca dejaría de luchar por lo que se prometió a sí mismo y a aquellos grandes de su carrera.

[...]

— Dime Charlie, ¿harás algo mañana por la tarde? —el español aparcó su auto frente al hogar de Charles para despedirlo.

— Nah, no lo creo. Seguro solo me quede en casa mirando al techo u ocupando mi tiempo libre en algo productivo —dijo encogiéndose de hombros mirando a Carlos con una mueca de incertidumbre, mientras se bajaba del coche.

— Bueno, ¡no te olvides del US Open! ¡Ciao Charles! -saludó al alejarse de la casa de su amigo.

[...]

— No he visto a Charles desde hace semanas —Pierre comentaba mientras bebía de su botella de agua—. ¿Qué hay de ti? Imagino que tú sí lo has visto.

— Qué va, a penas me responde los mensajes. Visité varias veces su casa pero no contesta cuando lo llamas. Intuí que estaría ocupado los primeros días pero... realmente me estoy preocupando bastante.

— Vamos, Carlos, sabes que no podría suplantar la amistad entre tú y Charles. Solo quiero pasar tiempo con mi amigo —le respondió el francés.

— Es en serio Pierre -suspiró frustrado, pues era cierto que Charles a penas le hablaba y no lo atendía cuando lo iba a visitar—. Charles está muy distante, lo suficiente como para que ya me de miedo por si le sucede algo grave.

𝘳𝘢𝘤𝘪𝘯𝘨 𝘪𝘯𝘴𝘵𝘪𝘯𝘤𝘵 ㅡㅡ f1 one shots Where stories live. Discover now