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"Ya quiero decirle,
Que bailemos, que lo peor que puede pasar es que nos gustemos
Que a lo mejor de alguna otra vida nos conocemos"


Sentía que las cosas en su vida habían mejorado desde que terminaron las clases. Lisandro se veía bien y animado, cosa que le regalaba la misma ilusión al cordobés.

Ver al más bajo feliz, lo hacía feliz; aún más cuando no estaba preocupándose de todas las cosas negativas en su vida. Habían dejado la tensión a un lado y ahora sólo disfrutaban de la presencia del otro.

Quizás, habían tenido sus momentos de querer algo más que solo besos desde aquella noche después de Bélgica, cuando estuvieron en pedo. Aún más cuando se encontraban solos en casa y querían buscar más que solo un rocé de labios.

Pero se veía obligado a esperar a que Lisandro estuviera seguro y no apresurarse por su propia intensidad. Tenían que primero pensarlo un poco más.

Cristian estaba en su duelo en el que no sabía que hacer al respecto del reto. Había pensado en contarle, pero definitivamente hacerlo mientras estaban en pedo fue la idea más pedorra que se le pudo ocurrir.

Después de esos días, salieron con sus amigos a jugar al fútbol y pasaron la mayor parte del tiempo en grupo. Hasta Lautaro se sumó y habló de por qué estaba tan distanciado del resto de la gente.

También fue presentado a Julián y Nahuel, a quienes todavía no había conocido. Terminó teniendo una muy buena relación con el primero, dado que en ese momento se encontraban jugando en la misma posición y llegaron a conectar bien.

Al final se terminaron intercambiando numéros y prometieron seguir hablando con el otro. El más bajo estaba seguro que podía aprender alguna cosa o dos del de pelo azabache.

Claro que eso fue días anteriores, y el tiempo había pasado.

Hasta que aquel día de mierda, llegó. 

Ya no tenían ni idea si disfrutaban de los partidos del mundial, se sentía como un sufrimiento. El equipo no era nada tremendo, y la falta de gol era estresante. 

—La concha de su madre. —Habló Lisandro, agarrándose de los pelos. Al fin, habían ido a un peluquero para que les empareje la melena.

Mentira, Cristian lo había cortado y casi se habían cagado peleando a los gritos y patadas por lo poco que le había gustado al menor una vez vió el resultado. Fue ahí que se vieron obligados a traer a los expertos. 

Por suerte, Faustino -el padre de Cristian- pudo hacerle unos arreglos y no quedó tan imprésentable. 

Volviendo al día en cuestión... esa vez no se habían juntado como la cábala se los pedía y la realidad era que se notaba y se sentía peor.

Era mitad de semana, Julio 9 y Argentina estaba jugando la semifinal contra Holanda.

Medio que todos estaban bastante estresados y  decidieron directamente no juntarse en grupo, cambiándolo a solo ellos con sus respectivas parejas.  

Parecía que todo podía irse a la mierda si este partido terminaba negativo, todo el país tenía mucha esperanza de que Argentina llegara a la final. 

Que partido de mierda, pensaba Cristian. Estaban los dos sentados en el sillón, solos en la casa mientras los padres del mayor había salido; a diferencia de los jóvenes, ellos sí siguieron su cábala.

El partido estaba siendo peor de lo que creían. Habían pasado casi medio tiempo y a pesar de que Argentina estaba siendo superior a Holanda, el no haber metido ningún gol no daba confianza a los expectadores.

Tutor {1} ~ (Cuti x Licha)Where stories live. Discover now