Pasillos

114 9 6
                                    

Levanté la vista y el tío Stripe bajó su mirada, me sonrió, no sonreí. Bingo bajó de los brazos de nuestro tío y se dirigió directo a la caja de juguetes ubicada en una esquina de la sala, no sabía cómo sentirme en ese momento, ¿me estaba preocupando de más? No podía dejar de pensar en cosas como "¿Qué es un accidente de auto?" y creo que se notaba en mi rostro. Supongo ahora que era completamente válido sentirme como me sentía en ese momento y lo que Bingo sentía también lo era, y es que talvez por ser pequeña ella sabía que todo estaría bien, eso le había dicho papá y eso había querido creer.

Hace poco habíamos celebrado mi cumpleaños número 7 y Bingo, tan rápido como se esperaba, ya había cumplido 5, aún éramos niñas pero para bien o para mal yo comenzaba a ser más consciente de las cosas que decía o hacía y por supuesto en el momento en el que papá cruzó el último pasillo visible no iba a quedarme tranquila ni estática en una silla o frente a una caja de juguetes. No quise decir ni una palabra cuando me levanté y comencé a caminar.

- ¿Bluey, a dónde vas? - preguntó el tío Stripe tras de mí, lo que me hizo detenerme y voltear lo más natural que pude.

- Es que yo estoy buscando el baño -dije.

Él entonces me tomó de la mano y me dijo que tenía que ir conmigo, que podría perderme y que debíamos ir por Bingo antes; así le dije que prefería no ir, él me cargó en sus brazos y acarició mi pelaje, de verdad quería llorar, quería hacerlo sin control y quería ver a mi mamá, quería que papá dijera que estaba bien, sé que el tío Stripe podría con ello, suficiente ha lidiado con Muffin, no le molestaría un par de lloriqueos más; me recosté en su hombro, apreté mis dientes y no pude hacerlo, de mí no salió lagrima alguna, no pude hacer nada. Él sabía eso, intentó consolarme, ofrecerme su teléfono, ofrecerme dar un paseo pero simplemente quería que al llegar a casa mamá me leyera para dormir. Eso no iba a pasar, o sí, yo no lo sabía.

- Tengo hambre, - le dije - papá estaba haciéndonos la merienda antes de venir acá y ya casi es de noche, tengo hambre, tío.

- Si quieres podemos buscar algo de comer en la cafetería cariño, no te preocupes, solo déjame ir por Bingo - dijo él y así fue.

Bingo dejó un pequeño peluche de rana sobre el piso y se despidió de una niña que había estado jugando con ella, nos dirigimos a la cafetería, no sabíamos dónde estaba, por lo que preguntamos en la recepción. De camino pasamos al baño, luego fuimos a la cafetería, el tío Stripe era siempre muy atento con nosotras, no nos dejó ni por un segundo, nos cuidaría, eso le dijo a papá. Bingo pidió un pedazo de pastel que se exhibía delicioso en la vitrina, el tío no dejó que lo probara sin asegurarse de que estuviera bien para ella, sin gluten, o al menos eso decía mamá, el tío Stripe no quería arriesgarse, por lo que mejor le compró a Bingo un sándwich de helado y dijo que podía quedarme con el pastel, él pidió solamente una taza de café.

Nos sentamos en una de las mesas de la misma cafetería, tío Stripe nos contaba cómo Muffin y Socks habían estado últimamente, sobre las cosas que había hecho y los lugares que habían visitado, eso fue lo que creo que nos estaba contando, no estaba prestando tanta atención pensando en cómo buscar a papá sin tener que asustar a tío Stripe o dejar sola a Bingo.

– ¿No te gusta el pastel, Bluey? Pensaba que como lo veías con esos ojos tenías muchas ganas de un bocado – preguntó.

– Sí tío Stripe, es que creo que no tengo hambre – contesté; tenía hambre, de hecho, lo que no tenía eran ganas de seguir esperando durante tanto tiempo.

– Pues dijiste que tenías hambre, pero no te preocupes nena, podemos hacer 2 cosas; puedes dejármelo a mí y comprar algo para ti más tarde o también puedes guardarlo para después, – me contestó – lo que tu quieras es lo que haremos.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 18, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Mi Héroe, Papá [Bluey]Where stories live. Discover now