Capítulo LVIII
Pocos días después de la visita de lady Catherine, Jeon no sólo no recibió ninguna carta de excusa de su amigo, sino que le llevó a Longbourn en persona. Los caballeros llegaron temprano, y antes de que la señora Park tuviese tiempo de decirle a Min que había venido a visitarles su tía, cosa que Jimin temió por un momento, Jungkook, que quería estar solo con Taehyung, propuso que todos salieran de paseo. Se acordó así, pero la señora Park no tenía costumbre de pasear y Hoseok no podía perder el tiempo. Así es que salieron los cinco restantes. Jungkook y Taehyung dejaron en seguida que los otros se adelantaran y ellos se quedaron atrás. Jimin, Yoongi y Yeonjun iban juntos, pero hablaban muy poco.Yeonjun tenía demasiado miedo a Min para poder charlar; Jimin tomaba en su fuero interno una decisión desesperada, y puede que Yoongi estuviese haciendo lo mismo. Se encaminaron hacia la casa de los Kim, porque Yeonjun quería ver a María, y como Jimin creyó que esto podía interesarle, cuando Yeonjun les dejó siguió andando audazmente solo con Yoongi. Llegó entonces el momento de poner en práctica su decisión, y armándose de valor dijo inmediatamente:
—Señor Min, soy una criatura muy egoísta que no me preocupo más que de mis propios sentimientos, sin pensar que quizá lastimaría los suyos. Pero ya no puedo pasar más tiempo sin darle a usted las gracias por su bondad sin igual para con mi pobre hermana. Desde que lo supe he estado ansiando manifestarle mi gratitud. Si mi familia lo supiera, ellos también lo habrían hecho.
—Siento muchísimo —replicó Yoongi en tono de sorpresa y emoción— que haya sido usted informado de una cosa que, mal interpretada, podía haberle causado alguna inquietud. No creí que la señora Gardiner fuese tan poco reservada.
—No culpe a mi tía. La indiscreción de Minji fue lo primero que me descubrió su intervención en el asunto; y, como es natural, no descansé hasta que supe todos los detalles. Déjeme que le agradezca una y mil veces, en nombre de toda mi familia, el generoso interés que le llevó atomarse tanta molestia y a sufrir tantas mortificaciones para dar con el paradero de los dos.
—Si quiere darme las gracias —repuso Yoongi—, hágalo sólo en su nombre. No negaré que el deseo de tranquilizarlo se sumó a las otras razones que me impulsaron a hacer lo que hice; pero su familia no me debe nada. Les tengo un gran respeto, pero no pensé más que en usted.
Jimin estaba tan confuso que no podía hablar. Después de una corta pausa, su compañero añadió:
—Es usted demasiado generoso para burlarse de mí. Sé que habló con mi tía y tengo esperanzas como no las tenía antes. Si sus sentimientos son aún los mismos que en el pasado abril, dígamelo de una vez. Mi cariño y mis deseos no han cambiado, pero con una sola palabra suya me silenciará para siempre y no volveré a insistir más. Sin embargo, si sus sentimientos han cambiado, debo decirle que me ha embrujado en cuerpo y alma; y que lo amo... lo amo... lo amo, y que ya nada podrá separarme de usted.
Jimin, sintiéndose más torpe y más angustiado que nunca ante la situación de Yoongi, hizo un esfuerzo para hablar en seguida, aunque no rápidamente, le dio a entender que sus sentimientos habían experimentado un cambio tan absoluto desde la época a la que él se refería, que ahora recibía con placer y gratitud sus proposiciones. La dicha que esta contestación proporcionó a Min fue la mayor de su existencia, y se expresó con todo el calor y la ternura que pueden suponerse en un hombre locamente enamorado. Si Jimin hubiese sido capaz de mirarle a los ojos, habría visto cuán bien se reflejaba en ellos la delicia que inundaba su corazón; pero podía escucharle, y los sentimientos que Yoongi le confesaba y que le demostraban la importancia que él tenía, hacían su cariño cada vez más valioso.
Siguieron paseando sin preocuparse de la dirección que llevaban. Tenían demasiado que pensar, que sentir y que decir para fijarse en nada más. Jimin supo en seguida que debían su acercamiento a los afanes de la tía de Min, que le visitó en Londres a su regreso y le contó su viaje a Longbourn, los móviles del mismo y la sustancia de su conversación con el joven, recalcando enfáticamente las expresiones que denotaban, a juicio de Su Señoría, la perversidad y descaro de Jimin, segura de que este relato le ayudaría en su empresa de arrancar al sobrino la promesa que él se había negado a darle. Pero por desgracia para Su Señoría, el efecto fue contraproducente.
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Orgullo y Prejuicio [Yoonmin]
FanfictionLa señora Park ha criado a sus cuatro donceles e hija menor con el único deseo de encontrar marido. La llegada al vecindario de Jeon Jungkook, un joven rico y soltero, con algunas amistades, despierta el interés de las familias vecinas, que verán un...
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