45: Prioridad.

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—¿Cuándo te vas?

Fue inevitable que no elevara la mirada en dirección a Sam y Jack, sabía que estaban hablando de trabajo, al igual que Jack ya había comenzado a prepararse para su viaje, después de haberle insistido muchísimo.

—El lunes —respondió Jack antes de darle un sorbo a la botella de agua que yacía entre sus manos. Se veía exquisito en esa camisa gris, con aquellos pantalones negros y botines, siempre había pensado que Jack tenía un ligero aire al estilo de Harry Styles en aquella época del 2014 si no me equivoco

—¿Archie también va? —preguntó Zoe con sus antebrazos sobre la encimera.

Jack asintió—. Sí, pero Jules se va con sus padres de visita a San Diego —informó Jack.

Suspiré con pesadez. Me sentía agotada por la noche anterior, y también algo triste porque no quería que Jack se fuera, sé que estuve de necia diciéndole que tenía que ir, pero ahora me está cayendo el veinte de que no sé qué será de mí. Estoy tan acostumbrada a él.

—¿Estás bien Cassie? —me preguntó Jack mientras lo veía aproximarse a mí. Dejó la botella a mí lado y besó mi sien.

—Sí, estoy bien —sonreí y de inmediato borré mi sonrisa al sentir el pequeño tirón que sentí por la puntada en mi labio—, sólo estoy cansada, me duele el cuerpo y un poco la cabeza. Nada del otro mundo, guapo.

—Iré por los antinflamatorios y antibióticos —informó antes de volver a besar mi sien y subir a nuestra habitación.

—Ya llegamos.

La voz suave de Jules llenó el silencio que se había recién formado, habló moderado que lo agradecí internamente, la cabeza me estaba matando, la observamos con una sonrisa, entrando con Archie de la mano.

Sonreí y me puse de pie acercándome a ella—. Jules —dije a modo de saludo y la abracé.

Me recibió con sus cálidos brazos delgados—. Hola —susurró con ése afecto tan característico de ella, pues Jules resultaba ser puro amor.

—¿Listo amigo? —le preguntó Archie mirando por sobre mi hombro e instintivamente miré yo también, Jack estaba detrás de mí con mis medicinas y una botella de agua. Nuestras miradas se encontraron por un par de segundos, y confirmaba que estaba locamente enamorada de esos ojos olivo.

—Sí —respondió sin dejar de mirarme. Era como si me estuviera dando la oportunidad de pedirle que no fuera, que cambie de opinión y que quería que se quedará conmigo.

Y sé que, si lo hacía, él no lo pensaría dos veces. Pero dejé de lado mi egoísmo y me enfoqué en que es su trabajo, su vida es así de ajetreada y productiva, ése es su ritmo de vida y no se podía detener por mí, no quería que se detuviera por mí. Desarrollamos estar juntos en su trabajo, le daba mi cien por ciento cuando se trataba de su trabajo y él me daba su cien por ciento cuando se trataba del mío. Así funcionamos nosotros, nos apoyamos de una manera hermosa y nos motivamos a ir por más. Y esa es mi prueba de amor éste día, me tragué mis ganas de gritarle que se quedara conmigo y mejor lo motivo para que vaya por más.

Porque mi esposo es increíble. Le encanta superarse y sentir la satisfacción cuando el trabajo le sale bien.

Le sonreí de manera cálida y me acerqué a él, tomé la medicina de sus manos y besé su mejilla para después susurrarle un <<gracias>>.

—¿Vamos por un helado? —preguntó Sam con aquel tono animado suyo, eso me confirmo que, en definitiva, era la versión masculina de mi mejor amiga.

—Sí —el unísono de las voces del resto me hizo darme cuenta de que me sentía tan mal, me sentía de caída, adolorida y triste.

<<Cassie eres la peor persona del mundo, ponte feliz por tu esposo, él te habría apoyado por sobre todas las cosas>>.

Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERSION)Where stories live. Discover now