CAPÍTULO 8 - ESTRELLAS

4 1 0
                                    

JACOTT

Tuve varios encuentros con algunas personas en mis tiempos libres, los cuales nos eran muchos por lo dedicado que estaba en esta misión, conocía a las personas en los bares, eran momentos fugaces, pero suficientes.

Yo estaba preparado para cada cable suelto que pudiera haber en este lapso, me entrene físicamente, mentalmente, analice cada escenario posible con las pruebas que me daban y aún así, en ninguna circunstancia me llegué a imaginar la escena que acaba de pasar.

Cada vez que parpadeo puedo traer los fragmentos, tal vez no pude irme inmediatamente, pero al menos logré salir.

Al llegar a mi asiento mi mente trató de concentrarse lo más rápido posible, por fortuna lo logré, pude comprender que ahora yo tengo el poder y al ver esos ojos azules dilatados mientras subía su cierre me lo confirma.

No me voy a mentir, me gustó lo que vi en ese baño, y el cómo logro hacerla sentir, pero ella es uno de ellos, aunque la escena me distrajo por un momento, Harriet ya sabe quién soy, lo único que me queda para seguir con esto es usar ese pequeño poder.

Ambos no dijimos ninguna palabra desde que la silencie, solo nos quedamos viendo por un rato, un rato dónde pude notar algunas pecas ocultas, un rato que no duró mucho.

- Adiós Jacott Kindberg - suena muy determinada al decirlo, que me hace fruncir mi ceño con duda.

-¿Qué?- Es apenas un pellizco el que siento, suponiendo que no le dio por pellizcar mi pierna, entiendo su adiós.

La última imagen que veo antes de caer en la nada es a Harriet sonriendo de lado, con ella en el fondo alcanzó a ver miles de estrellas en un oscuro cielo, preguntándome ¿si en verdad hay un mundo estrellado o soy yo a punto de quedar inconsciente?

------------------

No sé cuánto tiempo ha pasado, lo único que sé es del dolor intenso que tengo en todo el cuerpo.

No puedo sentir la gran mayor parte de mi, siendo entendible que estoy atado. Una vez controlando mi miedo trato de abrir mis ojos, sin éxito, ya que lo único que veo es nada, no solo me ató, también me tapó mis ojos. Alguien más podría asustarse a no ver y estar inmovilizado, pero en mi caso esto se siente como otro entrenamiento.

Debo sentir mis ataduras, ver de qué manera puedo quitarlas.

- No lo vas a lograr intruso.

Ahí está, la verdadera Harriet, la verdadera enemiga, sus palabras resuenan por toda la habitación en un eco.

- Al fin ya muestras tu verdadera cara.

Trato de buscar la cuerda o lo que sea que haya usado.

- ¿Qué es lo que quieres? ¿Quién te envía?- no grita, pero su voz es dura como una amenaza.

No encuentro nada, si no pudiera moverme juraría que no estoy atado.

- ¿Qué planeas hacer? ¿Matarme aquí?- necesito ganar tiempo mientras pienso en que hacer.

- Contesta la pregunta intruso. El cómo dice la palabra intruso junto a su acento ruso ahora más marcado me hace soltar una ligera risa.

- Solo porque ustedes excluyeron a mi mundo significa que ¿tienen el derecho de llamarnos así?

Puede que no sea una atadura común, pero hice mi tarea, lo suficiente bien para saber que ellos tienen otro tipo de tecnología, logrando dominarla.

- ¿Qué dices? Ustedes eran parte de aquí, de todo esto, al fin de acabo es un mundo más, ustedes quisieron dominar a los demás, a punto de extinguir a varios.

Puedo escuchar sus pasos acercándose.

- Mentira, los denominados Telums que curiosamente en latín significa arma, son todos ustedes solo un ejército que mata sin razones.

El recordar la muerte de mis papás me hace querer arrancarle su cabeza.

- Ni siquiera sé lo que significa mentira, ni mucho menos latín, así que escucha intruso...

Sin aviso me quita lo que cubría mis ojos, logrando poder verla solo a ella, ya que el fondo está totalmente oscuro y solo una luz fría nos ilumina a ambos, Harriet se encuentra parada y viéndome desde arriba creando algunas sombras en su cara, se ve bastante confiada, lo que no sabe es que por fin he podido liberarme.

Me levanto de la silla mientras la veo determinado, es mi turno de hablar, puedo notar su sorpresa de mi acto.

Es la primera vez que estamos parados al mismo tiempo, dándome cuenta de lo pequeña que es, aprovechando mi altura y que yo tengo que agachar mi cabeza, tomo su mandíbula con mi mano para levantar ligeramente su cabeza, sonriendo levemente con este triunfo.

- No. Ahora tú me vas a escuchar pequeña.


INTRUSOSWhere stories live. Discover now