Amarte...

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Ella tenía esas partes de su corazón que jamás pensó en darle a nadie. Y estaba encantado en que fuera ella y nadie más.

La noche fue larga, y deseaba que fuera eterna, pero no todo dura para siempre, el café se acaba, el día termina, la vida se desvanece, afortunadamente el mar era inmenso e interminable, donde estaba el comienzo, estaba también el final, y ese mismo mar era el que veía en sus ojos, inmenso e interminable. Pasó la noche sumergido en ellos, dejándose llevar por la suave marea que lo arrastraba a las profundidades; ahora no le importaba ahogarse, porque sería en sus mares.

Se percató que el dolor había desaparecido, trató de ponerse de pie sintiendo un poco de molestia un el pecho; estaba entumecido por todos estos días acostado, moverse fue más complicado de lo que recuerda, sus articulaciones estuvieron inmóviles un tiempo, ahora era un tormento tratar de caminar, pero sin hacer ningún ruido llega hasta un espejo, y se detiene a observar su rostro.

Un par de arrugas más que la última vez. Piensa acariciando su piel.

A través del reflejo ve a Bo moviéndose un poco para mirarlo por el reflejo.

—Espero hayas podido dormir bien— murmuró él sonriéndole de una manera tan única.

—Jamás te había visto sonreír así

—Me veo viejo, tengo más arrugas que antes, y estas canas...

Ella se pone de pie, camina hasta pararse detrás de él. El acercamiento entre ambos era bastante alarmante para los dos, habían llegado a tal nivel de confianza que habían dormido uno frente al otro, pero tocarlo de una manera diferente, era como cometer un delito. Sentía la necesidad de recargar su barbilla sobre su hombre, abrazarlo y sentirlo cerca, pero esas eran escenas solo en mente.

—Tu espalda se ve mucho mejor

—Si, ya no me duele— busca su playera y se la coloca limitando a Bo a recurrir a sus recuerdos para ver esa espalda ancha y fuerte. —Escucha, quiero caminar, siento que me duele todo de estar acostado, ¿podrías...?

—Si, vamos

Bo insistía en que debía descansar, pero lo veía bastante bien, y alguien cómo él debía mantenerse en movimiento constante para poder recuperarse de manera correcta.

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Caminaron por la selva hasta llegar a unas cascadas, la intención de Bo era encontrarse con Reeves y Axe en algún punto, pero insinuaba que tal vez se habían perdido, eso la avergonzaba.

—Se ve bien aquí— menciona Mando tomando asiento sobre una roca con vista a las cascadas. El sonido del agua golpeando contra las rocas y el correr del río acompañaban los cantos de las aves y el chirrido de los grillos.

Bo ignora su vergüenza y toma asiento junto a él admirando el paisaje por primera vez en estos días. Se respiraba paz y calma, justo lo que su cuerpo necesitaba.

—Te ves bien sin tanta armadura— comentó mirándola de pies a cabeza.

Su cabello estaba suelto, la banda gris que evitaba que los cabellos rebeldes lo molestaran la vista estaban alborotados haciendo lo que ella considera estropicios con su imagen. Usaba una playera manga larga verde militar y unos pantalones azul claro tipo mezclilla, un mandaloriano no debería dejar su armadura, era parte del credo, pero ya habían roto muchas reglas, ¿qué eran un par más?

—Gracias, supongo— responde aun con esa vergüenza.

Mando dudó más de un minuto en sí hacer la pregunta o no. La noche anterior no pasó desapercibido el hecho de que había desviado por completo el tema.

Protegerte (BoKa-Din) Mini FanficWhere stories live. Discover now