Capitulo 10: Ni en tus sueños

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A partir de la reconstrucción de la Ensoñación, las cosas dentro del mundo de la vigilia comenzaron a mejorar gradualmente, aunque aun había discordia y crueldad, las cosas iban mejorando de a poco. La ensoñación realmente lucia mejor que nunca.

He pasado tal vez un poco mas del tiempo necesario dentro de ella.

Esperaba que Morfeo intentara arreglar las cosas, hablar sobre lo que había sucedido pero no paso, arreglo la Ensoñación y parecía que habíamos vuelto a nuestra antigua rutina, con nosotros como antiguos conocidos pero nada mas.

¿Esperaba que algo cambiara? Ciertamente si, lo esperaba, pero Morfeo no lo haría.

Si tal vez lo espere las primeras tres noches o las primeras siete noches, pero tal vez esto era mejor, tal vez ni siquiera habría funcionado.

El era insoportable.

No había mas que pudiera hacer, le había dado cientos de años y el lo había desperdiciado.

Me quedo recostada sobre el suelo de piedra, me encontraba recostada en medio de la entrada del museo Louvre, se que podría haber ido solamente a Paris pero usualmente los guardias te miran mal si te recuestas en medio de los jardines en medio de la noche.

Había algo especial en como la luz reflejaba en los cientos de cristales.

En la Ensoñación todo parecía mucho más místico de lo que era en la vida real, podía ver las constelaciones, las estrellas mucho más brillantes que en la realidad.

Y al menos en la Ensoñación tenia al Louvre solo para mí.

O al menos eso creia hasta que el rostro de Lucienne interfiere en mi rango de visión, interponiéndose entre yo y las estrellas.

—¿Lucienne?

—Hola Alya.

—¿Que haces aqui?—le pregunto levantandome del suelo.

Ella hace una señalización a nuestro alrededor con la mano.

—Es la Ensoñación.

—Lo se, solo...aqui, conmigo—le señalo.

—El señor necesita nuevamente de tu ayuda.

Oh, vaya...que novedad.

—Estoy ocupada—le digo sin mas volviéndome a recostar y cierro los ojos, escucho como Lucienne suspira.

—Alya...

Pongo los ojos en blanco, y miro a Lucianne que sigue mirándome expectante.

—No, Lucianne, estoy ocupada, de verdad—le digo pero ella arquea una ceja hacia arriba, con su clara expresión de "no estas haciendo nada".

Resoplo y prosigo:

— Si Morfeo de verdad necesita la ayuda de alguien te tiene a ti y a Mathew, no me necesita a mi.

—Sabes que eso no es verdad.

Me levanto del suelo sentándome sobre el suelo, veo que Lucienne se sienta junto a mi y posa una mano sobre mi rodilla.

Alzo la vista hacia ella.

—Lo siento Lucienne...no puedo.

—¿Hay algo que yo pueda hacer para que cambies de opinión?

—Tu no eres el problema.

—Entiendo.

Lucienne me aprieta el hombro antes de levantarse y desaparecer en una tenue neblina negra.

♡♡♡

—Por favor...

—No.

—Alya...

—No, no y no—le respondo reiteradamente mientras camino por Greenwich Park.

—Nos necesita Alya.

Matthew caminaba lentamente al mi lado, una ventaja de estar en un parque tan inhóspito a las cinco de la tarde es que nadie me vería charlando con un pajaro.

—¿Nos? A ti te necesita, yo soy la que necesita un nuevo pasatiempo para los próximos cien años.

—Alya, no lo estas pensando bien.

Ja, claro que lo había pensado bien.

Dejo de caminar y me volteo hacia el, colocándome de cuclillas hacia el.

—¿A no? Conozco un conjuro con el cual podría desaparecer todas las plumas de tu cuerpo.

El pelaje de Matthew se erizo.

—No me provoques Mathew—le digo levantándome del suelo volviendo a caminar.

—No, claro que no, pero ¿sabes que Alya? El esta igual o tal vez mas molesto que tu.

—¿Porque estaria molesto?

—Porque lo rechazaste.

Me paro en seco.

Me volteo hacia Matthew que me mira desde abajo y no puedo evitar soltar un grito de frustración.

—¿Que yo lo rechace? ¿Eso te dijo?

—Bueno...no precisamente con esas palabras—murmura el pájaro removiendo en su lugar.

—Mira Mathew no llevas mucho tiempo aquí, pero yo llevo aqui mas de trescientos años, siendo la sombra de Morfeo y ¿ahora dices que yo lo rechace? ¿Sabes cuántas veces me ha rechazado él? Por una maldita vez no se romperá—concluyo volviendo a caminar.

—Escucha, se que estas molesta con el pero yo no estaría aqui si el no te necesitara de verdad.

Vuelvo a girarme hacia el volviéndome a agachar a su altura.

—Si el me necesita que el venga a buscarme, ¿escuchaste eso Morfeo?—exclamo, entonando las ultimas tres palabras en un tono mucho mas alto del necesario, miro  fijamente a Matthew a los ojos con la mirada mas fulminante que poseo, sabiendo que del otro lado de esos ojos oscuros se encuentra Morfeo observándome.

—Ay—musita Matthew cuando me aparto.

Tal vez le hable demasiado fuerte.

—Si no necesitas algo mas Matthew, tengo mas de cien años con los cuales ponerme al dia—le digo dando por finalizada nuestra platica.

Matthew asiente con pesar y se eleva en el aire, dejándome sola.

¿Forever? | The Sandman | Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang