Capítulo 15: Lexa/Caden.

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Narra Lexa.

1.

Me despierto con el brazo de mi novio sobre mi cintura, escucho su respiración ruidosa. Me levanto con cuidado y me pongo un poleron de él encima, me queda grande sobre el pijama. Salgo de la habitación y me sorprendo al ver a gente ya levantada, aunque traen una cara de zombis.

— Buenos días — dice Elisa que toma café junto con Cain.

— Hola.

Me preparo un café cargado y me siento al lado del mellizo de mi novio. Sus ojos azules se ven pequeños.

— Te ves cansado. ¿No deberías dormir? — pregunto mirándolo.

— Me duele el estómago. Tome mucho.

— ¿Quieres remedios?.

— No, gracias. Elisa ya me dio.

Miro a la pelinegra y recuerdo algo.

— ¿Te vi teniendo sexo con Hunter o lo imagine? — le pregunto burlona.

Se pone roja.

— No fue tu imaginación — comenta Cain burlón.

Nos reímos de ella mientras parece el semáforo en rojo.

— No sé cómo pasó — murmura — de la nada estábamos así.

— ¿Pero te gusto? — pregunto curiosa.

— Joder, no hagas preguntas enfrente de un niño.

Me rio divertida junto con Cain.

— Apuesto a que es más pervertido qué nosotras, esta con Kendall — comento divertida — y encima hizo que le diera fidelidad.

— Ayer me dio un miedo — recuerda el rubio — si realmente mal entiende algo creo que me lo va a cortar — noto el miedo en su mirada.

— Está loca, si la veo capaz — le digo sincera.

Con Kendall somos totalmente diferente en cuanto a relaciones. Ella prefiere lo que la hace sentir viva, se guía totalmente por sus sentimientos no por lo racional, si se enoja grita, llora y en el peor de los casos golpea. Ha estado en terapia pero siempre la deja a la mitad, se siente mejor y se da de alta sola.

— ¿De verdad? — pregunta mordiendo su labio inferior.

— No, claro que no — responde Elisa mirándome mal — no haría nada ilegal... O eso creo.

— Gracias por el ánimo — contesta un tanto divertido.

La puerta de Hunter se abre y el castaño mira a Elisa sin saber que hacer, ambos se miran por varios segundos.

— ¿Deberíamos irnos? — me pregunta Cain en un susurro en mi oído.

Asiento. Ambos están tan metidos en su mundo que ni siquiera se dan cuenta que nos levantamos. Vuelvo a mi habitación con café en mano, lo termino y me acuesto otra vez. Christian es cálido para dormir.

Observo su rostro y realmente es guapo, es del tipo de chico que vuelves a mirar en la calle. No soy alguien insegura pero sé que no soy del tipo sexy cómo Kendall o exageradamente guapa cómo Elisa, no soy el tipo de chica que le gusta a la mayoría. Soy pequeña y es en todo sentido, casi no tengo pechos, tampoco trasero y mi piel es tan pálida que se ven mis venas, mis ojos no me terminan de gustar del todo, son grises pero a veces es cómo si fueran negros en su totalidad. Lanzo un suspiro, quizás si soy insegura.

Nunca pienso en Dereck pero él fue un gran detonante para que mi autoestima bajara. Antes, sabía que no era tan bonita pero estaba bien con ello. Cuándo me engaño todo se vino abajo, además que me dejo por alguien que era totalmente diferente a mí, grandes pechos, gran cuerpo curvilíneo. Y eso fue un golpe bajo.

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