Páginas Sueltas

Junio

Las cuerdas de la guitarra se escuchan temblar desde la cuadra anterior al bar. Algo del bajo vibrando en la boca de su estómago y de las dulces melodías de la viola, algo de la intensidad poco grata descontrolada de la melodía lo hizo descifrar que efectivamente es el quién está acariciando las violentas notas que su corazón. Encarecidamente repite una y otra vez como un eco dentro de una cueva remota, un escondite secreto del pasado, algo de toda esa fantasia que Agustín creó en su cabeza una cuadra antes de entrar, mezclado con el Campari que tomó antes de subirse al bondi, hizo devolver el mísero almuerzo sobre Scalabrini y Nicaragua.

"¡Dios, Agus!" Exclama Lola mientras se sostiene las perlas del cuello como si fuera la madre de Batman en ese callejón antes de morir.

"Que asco, flaco" el comentario desinteresado de Ale llega justo a tiempo.

Se limpia el rostro lo mejor que puede con el puño de la campera y levanta la mirada llena de vergüenza "estoy bien"

"¿Querés que pida un uber de vuelta al departamento?" Eso es imposible. Lo único peor de ir a ver a Mateo tocar con su banda es no ir a ver a Mateo tocar con su banda.

"Posta, estoy bien, solo necesitaba purgarme así como los perros" Las chicas lo aceptaron rápidamente, no es lo más bizarro que presenciaron desde conocerlo a Agus, además él era su excusa para salir de la casa y no pelear, es el hijo por el cual la pareja no se divorcia. Ya es la quinta vez que las agarra peleando por una estupidez que automáticamente se detiene al anunciarse en la habitación. Puede ser que tenga que elegir con que madre se quedaría luego del divorcio en algún momento, pero conociéndolas, ninguna puede vivir sin la otra. Es una de las razones por las cuales detesta las parejas normales, el amor en general. Si lo ve en una pantalla - con Ryan Gosling como interés amoroso preferentemente - quiere convertirse en parte de el, experimentarlo, tenerlo al protagonista obsesionado con el, con su imagen, con su ser, que lo persiga por el aeropuerto con Jackie DeShannon sonando de fondo, el beso de amor que de por finalizada esta historia de amor cruel y cliché. Ama idealizar el final de la pelicula porque lo hace creer que quizás todo lo malo que vivió durante su vida va a decantar en el perfecto final hollywoodiense del beso de amor verdadero. Eso lo que pensó la primera vez que lo vió a Mateo en los pasillos de la facultad luego de como terminaron las cosas. Al verlo tan cambiado pero con esos ojos verdes que le recuerdan a todas esas noches de llamadas clandestinas y confesiones ilusas sobre su colchón de reciente graduado. Ese verano fue su película romántica - sin Ryan Gosling - que siempre quiso. Pero claro, las peliculas vienen con fecha de vencimiento, no pueden durar meses, no pueden durar años. El amor se deteriora si no se cuida, se hunde mas profundo en la vergüenza y se pierde entre las páginas de la historia. Él no los quiso cuidar, por eso le pidió que se fuera. Podrían decir que fue la culpa de Agus por rendirse, que Ryan jamás se rindió en el Diario De Una Pasión, pero él no podía dejar que sus ilusiones dirijan su vida. Cree conocer a Mateo y sabe muy bien que él jamás lo quiso como él lo quiso a el. Es el día de hoy que se sigue castigando por esperar algo mas que cortesía de su parte (que muchas veces termina siendo lo mínimo esperable). Soy un tarado, realmente. Finge haber cortado toda atadura con este (en sus palabras) insufrible, indeciso, cagón, miserable cáscara de hombre, cuando en realidad lo persigue como un perrito faldero y espera su atención como un hijo con su padre negligente. Aún ahora se encuentra frente a frente con el chico en la guitarra y los tatuajes esperando que lo mire y desafine por el, quiere alterarle la vision, confundirlo, hacer que le hierva la sangre en lugares innombrables y que lo odie por eso. Quiere que lo desprecie, que le escupa en la cara y le grite las peores mierdas como si fuera un camionero irritado, como si el fuera escombro de la tierra. Quiere su atención, no le importa si surge de un lugar violento, solo necesita calor para mantener encendida esta casa en llamas. ¿Quién necesita amor cuando se tiene odio? El odio es el manto del miedo y la soledad, el odio es lo que nos convierte en seres de la tierra, una tierra que incita al odio para sobrevivir. No se tiene amor sin odio y por su lógica, los sentimientos van en círculo.