Carta final 💌

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— ¿Estás lista, princesa? — Preguntó su padre con una gran sonrisa

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— ¿Estás lista, princesa? — Preguntó su padre con una gran sonrisa.

— No, la verdad no — Respondió con nerviosismo en su voz, escuchando la risa del mayor.

— Cielo, no debes de sentir nervios ahora. Todo saldrá bien.

— No es eso...

— No me diga que tienes miedo de que Minho no acepte al final.

— ¿Qué? ¡Claro que no! — Dijo rápidamente asustada. — Confío en mi prometido. Sé que me ama tanto como yo a él. No me preocupa eso, es otra cosa... Pero mejor te diré luego de la ceremonia. Es hora de entrar.

— Vamos entonces — Le extendió su brazo que la rubia aceptó gustosa y ambos miraron al frente con una sonrisa cuando la música comenzó a sonar.

Y entraron, viendo a todos los invitados levantarse con grandes sonrisas, y ella solamente lo vio a él.

Su traje negro, su cortaba bien arreglada, su cabello rubio algo largo que lo hacía ver más atractivo, su sonrisa nerviosa, y finalmente sus ojos empapados en lágrimas por salir.

Sí, Minho tenía ganas de llorar desde que la vio, porque para él era algo irreal saber que se estaba casando con la chica de sus sueños, la chica por la que llevaba ocho años enamorado, y la chica con la que llevaba cuatro años de relación y estaba ahora en una iglesia a punto de ser marido y mujer.

Su precioso vestido blanco como el de una princesa, su corona blanca con su velo encima, su lindo ramo de flores moradas y rosas, únicas y especiales como ella. Su maquillaje natural y lindo, su largo y ondulado cabello rubio, su hermosa y brillante sonrisa, y sus ojos iguales a los de él, empapados en lágrimas.

Estaba por casarse con el chico de sus sueños, con el chico por el que llevaba nueve años enamorada, y el chico con el que llevaba cuatro hermosos años de relación y ahora iban a casarse y ser felices.

La llegada al altar fue eterna pero hermosa, pues Crystal Love era la canción que sonaba, y Mineul estaba a punto de ponerse a llorar cuando escuchó su canción sonar por toda la iglesia.

No soy ave para volar

Y en un cuadro no sé pintar

No soy poeta, escultora

Tan solo soy lo que soy


— Sé que la cuidarás muy bien, Minho — Dijo el padre de Mineul al entregarle a su hija, y Minho la miró con una sonrisa y luego lo miró a él. — Gracias por amarla tanto.

— Gracias a usted por dejar que cuide a su hija. Prometo amarla y respetarla siempre — El hombre asintió y se despidió de ambos.

Las estrellas no sé leer

💚┆𝙒𝘼𝙄𝙏𝙄𝙉𝙂 𝙁𝙊𝙍 𝙐𝙎 ─── 𝘓𝘦𝘦 𝘒𝘯𝘰𝘸Where stories live. Discover now