Nuestra pequeña de Ojos extraños

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Aún estaba ahí, en sus brazos mientras el estaba de rodillas en el suelo. Su mirada cálida causaba que me sintiera cómoda ante lo sucedido, no me hacía sentir vergüenza por mi torpeza normal. Pero quería saber ¿Quien era este chico? Vestía ropa elegante de tonos claros que hacían juego con mi vestido blanco con un rosa pálido

¿Te has lastimado? -consulto curioso y con preocupación. Tenía un pequeño tono carmesí en sus mejillas que me causaban ternura- Dime, no me tengas miedo -¿Que mueca tenía que el me miraba con preocupación?. Probablemente una de miedo y confusión-

Stear, deja de estar arrodillado, te vas a ensuciar el tr.... -no pudo continuar su oración ya que al acercarse, vio a la pequeña que causó un sin fin de latidos rápidos a su corazón. Nunca les pasaba eso y era notorio que al rubio le estaba pasando algo similar, pues también quedó asombrado al ver a la pequeña en los brazos de su primo- Hola pequeña, ¿Quien eres?

Stear, suéltala la tienes aterrada, mira su rostro... -sentía los ojos extraños y como rápidamente caían las lágrimas causando aún más impresión en los tres jóvenes- ¿Te sientes bien?

Anthony! -Grito Eliza llamando la atención del rubio mientras era seguida por su hermano Neil. Al acercarse, vio con molestia a la pequeña- ¿Y está mocosa de dónde salió?

Eliza! Cierra la boca apenas la conoces y la tratas de malas formas! -Archie apretó el puño con molesta- ¿Ha qué han venido?

La tía abuela nos llamo ya que sus padres llegaron y traían una sorpresa -miro a TN- Probablemente sea está sirvienta...

Me levanté como pude y salí corriendo del lugar llorando de forma descontrolada. Me sentía tan inútil ante ellos que no quería seguir aquí, ya quería volver al hogar de pony. Seguí mi corrida hasta la sala donde al oírme llorar, los señores Cornwell y la tía abuela se me acercaron y revisaron pensando que estaba lastimada. Lo estaba, tanto física como psicológicamente; mí tobillo dolía por la caída de hace un rato y, adicional a eso, mis botas me quedaban algo pequeñas causando heridas en mis pies

¿Que paso querida? -El señor Cornwell estaba preocupado, su pequeña hija ahora era su tesoro junto a su esposa e hijos y no podía siquiera imaginar su llanto-

Que sirvienta más altanera! -Eliza llego junto a los cuatro hombres, quienes solo tres se notaban molestos con la presencia de la colorina gritona- ¿Cómo se atreve a abrazar a una persona tan importante?

Eliza, cierra tu boca en este instante! -la tía abuela la miro con molestia y se acercó a la niña- al parecer la sorpresa se arruinó, ¿que hacían ustedes aquí abajo? Debian estar en sus cuartos esperando a que los llamara

Fui mi culpa tía, quería ir a cortar unas flores para tener en nuestros trajes pero veo que arruine la sorpresa -miro triste el joven rubio a la anciana- No era mi intención atrasar a mis primos y arruinar los planes

No hay problema, sobrino -Contesto la elegante mujer y se acercó a saludar a sus hijos junto a su esposo. La pequeña se mantuvo cerca de la mujer mayor durante un buen rato ya que le dolía mucho el tobillo, al torcer su pie, provoco un dolor muy grande el cual no quería expresar mucho- Mis niños, tan grandes y elegantes como siempre...les hemos traído regalos a todos!

Gracias mamá, pero dinos ya que estamos impacientes, ¿De que se trata la gran sorpresa? -Stear, como se llamaba aquel muchacho, se acomodo los lentes y me sonrió, sin embargo me apenaba lo ocurrido y solo atine a ocultar mí rostro en la falda de la mayor presente-

Bueno, supongo que ya conocieron a TN -Todos miraron a mí dirección y trague saliva-

¿Será una sirvienta? ¿O la han traído para Stear para que se case? -Neil miro a la niña con confusión- es muy pequeña...

La chica de los ojos grises (Albert x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora