Cuatro; Juego

97 17 4
                                    

"¡Aquí!" gritó mi amiga haciéndome señas y brincando para que le pasara la pelota.
"¡Ahí va!" avisé y cuando estaba apunto de lanzarla, sentí una mano en mi desnuda cintura y otra sobre mi mano izquierda.

Giré la cabeza para ver de quién se trataba y mi corazón se detuvo al verlo y sentirlo tan cerca; santa mierda, huele muy bien aún estando sudado.

"¡No!" escuché a mi amiga y sentí como me arrebataban la pelota para luego verlo correr lejos con ésta y anotando punto para su equipo.

Mierda, habíamos perdido y todo por mi culpa.

Friction ❁ Where stories live. Discover now