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Capítulo 20.

— ¿Y bien, cómo te fue? —pregunté.

— Los resultados los entregan pasado mañana, pero estoy seguro que seré aceptado

— Que fanfarrón

— ¿No confías en tu novio, lindo?

— Yo también soy el número uno de mi clase, así que no intentes presumir

Jeno sonrió y me abrazó. — Lo sé, tengo un novio muy inteligente.

Comenzamos a caminar. Jeno acaba de presentar su examen de admisión a la universidad. Pasó varios meses estudiando como un loco, estaba agradecido conmigo mismo por ser su distracción, no quería que se estresara de más.
Me sentía triste, pero definitivamente no se lo diría. Mañana era su graduación sería la última vez que iba a pisar el instituto. Y también sabía que iba a pasar su examen de admisión, así que ahora estaría ocupado con sus clases de universidad, tenía que esto nos distanciara y entonces nuestra llama comenzará a apagarse, era lo que menos quería.

Ya que Jeno no tenía nada más por hacer y yo tenía el permiso de mamá para salir con mis amigos entonces decidimos ir a comer.

— ¿Vas a darme un premio cuando salgan los resultados, lindo? —preguntó mientras comíamos lo que cada uno había pedido.

— Tal vez

— Déjame elegirlo yo mismo

— ¿Me estás chantajeando? —pregunté.

— Tal vez

— No, no te daré nada

— Amor, no seas así

— ¿Acabas de decirme amor?

— Pues lo eres, eres mi hermoso amorcito

— Jen, Basta —sentia mis mejillas calientes, oír a Jeno llamarme así era tan lindo.

— Lo siento, a partir de este momento voy a llamarte así

Jeno iba en serio con nuestra relación. Y yo también, pero yo aún no lo presentaba a mis padres, los suyos ya me conocían y me caían muy bien, en especial su papá, era muy divertido.
Debía decirles de una buena vez a mis padres sobre mi relación con Jeno.

— ¿Cómo debería llamarte yo? ¿Cariño, mi vida, corazón, samoyedo?

— ¿Samoyedo?

— Es una raza de perritos, se parecen a ti

— ¿Soy un perro para ti?

— No es lo que quise decir —le dije

— Pues lo dijiste

— Jeno no hagas un drama por algo así

— Acabas de decirme perro, ¿esperas que lo tome como si nada?

— Joder, no lo dije como una ofensa, de verdad te pareces a un samoyedo

— Yo nunca he hecho tal comparación contigo —estaba indignado eso era evidente.

— Pues si lo haces no tendría problema alguno

— Voy a llamarte simplemente por tu nombre

— Jeno no seas dramático. Bien me disculpo por mis palabras, ¿ya, feliz?

— No, no estoy feliz

— Carajo, me estás haciendo enojar Lee Jeno —no podía creer que hiciera este alboroto por algo así.

— Yo no fui el que insulto

Solté los cubiertos le miré por algunos segundos para después levantarme de asiento y salir del local. Comencé a caminar dispuesto a volver a mi casa.