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–No veo nada anormal.–Rachel tocó uno de los papeles que estaban sobre el escritorio.

Las hojas ni siquiera contenían información en un idioma que fuese comprensible para ella. No tenía conocimientos sobre idiomas que no sea el español, sin embargo, podría afirmar que se trataban de algunos escritos en ruso.

–Tal vez fue por eso por lo que solo te permitieron indagar una hora al día.–Peter metió las manos a sus bolsillos.

–¿Por qué la gente sospecha de este lugar?–Se preguntó a sí misma mientras su mirada vagaba por la pequeña habitación que solo conservaba cajones llenos de papelería.

–Porque se trata de un complejo federal. El laboratorio nacional de Hawkins está conectado con el departamento de energía de los Estados Unidos y, según las especulaciones, estos son controlados por la CIA.–Explicó a pesar de que la pregunta no había sido dirigida hacia él.

Mientras Peter respondía, Rachel se dirigió hacia el tablero que tenía algunas tachuelas sosteniendo un par de fotografías.

–Si son dominados por la agencia central de inteligencia...–tomó una pausa para estructurar mejor sus ideas al mismo tiempo que rozó con las yemas de sus dedos la foto del tablero– ¿Por qué estos desaparecerían a las personas? Se supone que son los encargados de asegurar el bienestar de la nación ¿No es así? –Lo observó fijamente sin soltar la imagen que tenía entre sus manos.

Peter guardó silencio por unos segundos mientras buscaba la manera adecuada de contestarle. Por otro lado, Rachel no podía dejar de ver como el rubio se mecía de atrás hacia adelante con las puntas de sus pies.

–Tú misma lo has dicho, se supone. –terminó de romper el silencio.

–Comienza a hacerme sentido...–acarició su rostro en modo de preocupación.

–¿Cuál es tu teoría?–Peter la alentó a hablar para que esta le confesase sus ideas.

El rubio se cruzó de brazos a la vez que se recargó en la puerta de madera por la que habían ingresado.

–Si te la comento, te vas a burlar porque eres uno de ellos.–sacudió la cabeza de un lado a otro para darle a entender que no estaba dispuesta a revelarla.

Rachel dejó de ver a su acompañante para pasar a analizar la imagen. Un escalofrío recorrió por su espina dorsal en cuanto miró al doctor Brenner junto a cinco niños quienes portaban batas de hospital.

–El hecho de que trabaje aquí no me hace uno de ellos.–Peter caminó en dirección de Rachel para deshacer la distancia que esta había puesto entre ellos.

Cuando Peter se colocó a un lado de ella, esta le extendió la fotografía.

–¿Son los desaparecidos?–tragó saliva en el
instante que sus dedos rozaron por el contacto físico que tuvieron al compartir el objeto.

En el interior, Rachel rogaba para que la respuesta fuese negativa.

–Tal vez.

Rachel jadeó del asombro llevándose ambas manos hacia su boca de la impresión. Esta no había creído que conseguiría pruebas rápidamente.

Entonces, ella recordó que todo el laboratorio de Hawkins solía ser vigilado.

–Peter...–murmuró.

–¿Sí?

–¿Nos están escuchando?–le preguntó a la vez que miraba de reojo la cámara de seguridad, sin embargo, esta no tenía el foquito prendido.

–Los convencí de apagarlas.–negó con la cabeza.

–¿Por qué?

–porque no soy uno de ellos, ya te lo dije.–posicionó la fotografía en el tablero para volver a colgarla con la tachuela que Rachel había quitado.

–¿Lo hiciste para sincerarte conmigo? ¿Para que no escucharan lo que tienes para comentarme?

Peter asintió con la cabeza.

–¿Ahora me crees?

–Lo siento. No podía comenzar a confiar en cualquier persona solo porque sí.–sus mejillas se tornaron rojizas debido al arrepentimiento.

–Haces bien, no creo que haya alguien en el que puedas fiarte como conmigo. La mayoría del personal está aquí porque están involucrados en algún crimen que el gobierno les ayuda a ocultar. Hawkins no es como te lo contaron, cariño.

Rachel sintió la necesidad de pedirle más información sobre lo último, pero decidió dejarlo para otro día. Ella también quería ganarse la confianza de la persona que sería su acompañante por un par de semanas.

–¿Aún quieres oír mi teoría?

–Soy todo oídos.

–Si la CIA es la encargada de investigar a las personas quienes causan daños a nuestra nación, significa que son los que deberían estar detrás de los responsables de las desapariciones ¿Verdad?

Peter murmuró en asentimiento sin dejar de verla.

–Entonces, si ellos fuesen los causantes de esto, no tendrían a nadie a quien rastrear. Por esa razón, no se han movido para entregar al sospechoso porque no se van a entregar a ellos mismos.

–Pareces más una detective que una perodista.–se frotó la frente don deshacer la sonrisa plasmada en sus labios.

–Peter... ¿En serio quieres que la verdad salga de este lugar?

–No te hubiese ayudado desde un principio si no fuese así.

–¿No habrá represarías contra ti?

–Probablemente, por eso te voy a pedir que no sueltes la información de golpe. Por favor, entrega la noticia cuando tengas la suficiente evidencia para afirmar las acusaciones.

Rachel asintió con la cabeza para volver a colocar la mirada sobre la fotografía.

–¿Esa no cuenta como evidencia?–señaló con su dedo índice.

–Sí, pero no puedes llevártela.

Rachel frunció el ceño al sentirse confundida.

–¿Por qué no?

–Porque te daré algo mucho mejor.–sonrió de oreja a oreja– en un par de horas uno de los funcionarios del departamento de energía se declarará responsable por la desaparición de una de las adolescentes perdidas.

–¿En que me beneficia eso?

–Tendrás la exclusiva, sacarás la información antes que nadie y, de esa manera, el pueblo sabrá que desde el primer día obtuviste información que nadie les brindó en meses.

Rachel buscó en su bolsa la libreta que llevaba a todas partes.

–¿Cuál es la información?–cuestionó mientras hojeaba la libreta en para encontrar una hoja en blanco.

–El funcionario Oliver declarará que Zoe, la última desaparecida, falleció por la exposición de químicos asfixiantes que estaban aún en prueba en el terreno del laboratorio. Ellos se deslindarán de la responsabilidad diciendo que esta se brincó la propiedad privada y, por haber ingresado sin supervisión, se vio en peligro por estar en una zona restringida.

Rachel parpadeó perpleja sin dejar de escribir la noticia que expondría en un par de horas.

Us | Peter BallardWhere stories live. Discover now