¿𝐐𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐚𝐬𝐞𝐬𝐢𝐧𝐨 𝐚 𝐐𝐮𝐞𝐞𝐧?

𝐄𝐥 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨

El olor a humedad paseaba por cada rincón de la habitación, las ventanas estaban empañadas por dentro, unas gotas de sudor cayeron sobre el pecho de la menor mirando a su violador, no podía creer lo que había hecho y menos de esa persona.

—Y la próxima vez no me hagas enojar—dicho eso tomó su ropa y salió del lugar. Caminó hacia la sala de estar donde quería acostarse a dormir.

Pero no podía dejar de pensar, que mientras hacía aquel acto tan repugnante alguien detrás de la puerta, lo estaba observando...

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El oficial Matthew seguía revisando los archivos de las víctimas buscando a quien más contactar para obtener pistas, cuando de pronto tocaron a la puerta de su oficina.

—Buenas tardes Oficial, aquí tiene los análisis que le hicimos a la navaja como usted lo indicó y debo decirle que no tenemos mucho que decir.

—¿Porque?—dijo mientras abría la carpeta y leía los resultados.

—En el laboratorio se dió a conocer que no hay huellas dactilares en dicho objeto.

—¿Que dice?—Se preguntaba.

—Lo que quiero decir es que los rayos ultravioleta no registraron en el objeto huellas dactilares, pero si presenta la sangre de las víctimas, esto se confirmo con la prueba de luminol.

—Eso es imposible, ¿Cómo que no hay huellas?

—Quizas el asesino pensó muy bien su jugada y utilizo guantes o simplemente limpio sus huellas con acetona o alguna otra sustancia.

—Dios, esto se está volviendo cada vez más dificil.

"Cuando acabará ésto" se preguntaba por su cabeza.

—¿Que hay de los sospechosos que tenemos encerrados? ¿Aún no dicen nada?

—Ninguno ha querido hablar, dicen lo mismo que el primer día que los interrogamos. De hecho estamos pensando en dejarlos libres.

—¿Y cree que eso sea buena idea?

—No lo sé, pero nadie va descansar hasta encontrar al culpable, vivo o muerto.

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Esa misma noche Tim Staffel dormía en su celda, pero algo no lo dejaba dormir profundamente.

—¿Hola?—volteaba hacia todos lados pero no veía nada, ya no estaba en su celda, ahora solo se encontraba en un lugar muy oscuro, como pudo intentó caminar hasta que una voz familiar lo llamó.

—Debes decirles la verdad—se escuchó por detrás de él. Cuando se dió la vuelta, se llenó de temor al ver de quién se trataba.

—¿Roger?

Roger Taylor había aparecido. Tenía su ropa de color negra y una mirada aterradora. Su cara y varias partes de su cuerpo estaban manchadas de sangre.

—Porque le mentiste a la policía.

Tim sabía a qué se refería.

—P-Porque le prometí a Brian no decirselo a nadie.

—¿Y si se lo prometiste porque me lo contaste? Debes decir lo que Brian te dijo, debes decir la verdad. Solo así alguien tendra justicia y paz.

El rubio se acercó hacia el pelinegro dando pasos lentos.

—N-No, porfavor no me hagas nada.