🍒170521: BBMA Top Social Artist.

980 180 24
                                    

El aire era distinto. El desquiciado y tóxico placer de estar en el otro lado del mundo, de haber recibido un premio, otro pedazo de metal en un continente completamente distinto y en un lugar con tanto poder y a su vez de ideas tan pequeñas y básicas, era uno de los más deliciosos que JiMin había sentido nunca. Era ridículo que se sintiera así pero había algo en este primer paso al resto del mundo, que era embriagador como nada que JiMin hubiera probado antes.

La habitación era un caos, ellos se sentían más caóticos que de costumbre, estaban tan ebrios que ya ni siquiera hablaban bien. HoSeok estaba al borde de desnudarse sobre la mesa para bailar con TaeHyung y SeokJin, YoonGi y NamJoon le hacían porras y JungKook y él se deshacían de la risa, ya en suelo, sin poder formular oraciones coherentes.

Y para su propia sorpresa. YoonGi y él habían estado tirándose indirectas que pasaban como chistes una y otra vez, dedicándose miradas y fingiendo demencia ante lo mucho que ambos se estaban prestando atención en realidad. Se sorprendió, pero no pudo detenerse y seguirle la corriente, una vez más, la esperanza elevándose a cada segundo con cada mirada indiscreta.

Todo el día había sido un borrón caótico, nervioso y divertido pero después del show, era como si se hubiera vuelto consciente aunque al mismo tiempo todo se sentía irreal.

JiMin se sentía como en un sueño. Completamente drogado y extasiado. Este premio era una porquería, y quien lo otorgaba aún más, pero nada de eso importaba porque está era tan solo una de las puertas del mundo exterior y JiMin estaba exactamente donde quería estar, con quienes quería estar. En un estado de alcoholismo superior al que tenía planeado, pero no por eso la situación era menos que espectacular. Había un pequeño placer vengativo en este premio: Ellos, los diferentes, ganaron por voto popular.

Dios no quería que la noche acabara nunca.

Lamentablemente las noches no son eternas y aunque Jimin podría seguir horas y horas más, lentamente sus soldados compatriotas fueron cayendo uno a uno. Primero TaeHyung, después JungKook. Y cuando SeokJin se dio por vencido, la fiesta se dio por acabada y cada quien emprendió camino a su habitación.

Estaba a medio camino cuando alguien tomó su mano y se pegó a su costado.

–Hola, hermoso –susurró en su oído. Se estremeció ante la respiración caliente en su piel fría y algo entumecida por el alcohol.

–Hola, hyung.

YoonGi estaba también tan ebrio que ni siquiera tenía la decencia de fingir. NamJoon y HoSeok estaban detrás de ellos, al parecer eso no era un impedimento. –Ven a mi cuarto –pidió con una sonrisa. JiMin rodó los ojos también sonriente. Habían pasado meses desde aquella vez. Largos e inacabables meses, a veces parecía que hubiese estado dormido todo este tiempo.

–¿Para qué? –Uno de los dos tenía que pretender cordura.

–Descubrelo tu mismo – murmuró, y tiró de él hasta que los encerró en su habitación, sin siquiera pensarlo dos veces antes de comerse a JiMin ahí en la entrada contra la pared.

JiMin sólo gimió de felicidad, no dejaría pasar la oportunidad. Dios había extrañado esto como a nada en el mundo. Estaba cansado de fingir que no le movía el piso cada vez que YoonGi y él se encontraron de esta forma. Se lamentó no hacerlo más seguido pero no tenía valor para insistir. No era nada sin el empujón de adrenalina, alcohol y algún que otro porro. Eran contadas con una mano las veces que él y YoonGi estuvieron juntos, y plenamente consciente de esto, estaba más que dispuesto a disfrutar cada segundo y grabarlo en su mente como si se tratara de un tatuaje.

Entre tropezones llegaron a la cama y cayeron sin cuidado en ella, YoonGi arrastrándose sobre él una vez más después de tanto tiempo, su mirada ardía tanto como las otras veces, pero esta vez tenía una sonrisa deliciosa en la cara. Tal vez YoonGi también era consciente de esto, de que estos momentos entre ellos eran efímeros y sublimes y esta vez él también parecía dispuesto a divertirse, a sacar provecho de cada caricia.

–Dios estoy tan ebrio– se burló de sí mismo enterrando el rostro en su cuello, dejando lánguidos besos mojados. JiMin se rió.

–Yo también– aceptó. –No importa – le susurró al oído, dejando que sus labios rozaran la piel. –Voy a amar esta vez tanto como las otras veces.

YoonGi se tensó un momento, antes de susurrar –Yo también– para seguir dándole besos mientras le quitaba la ropa, con torpeza pero tomándose su tiempo.

Cuando estuvieron casi completamente desnudos, con una sonrisa lenta y mirándolo a los ojos con una valentía que no era muy suya, YoonGi le dio un beso tierno y dijo: –Te amaré tanto, o más que las otras veces, pero con más borrachera.

Y estúpidamente, JiMin se rió y lo abrazó, dejando una seguidilla de besos por toda su cara.

–También te amo –susurró JiMin. La sonrisa dopada de YoonGi se intensificó, y torpemente se apresuró en quitarle la poca ropa que le quedaba.

–Vamos, quítate eso, me muero por hacerte el amor –dijo desesperado, pero aún entre risas.

Fue torpe, fue divertido y caliente y abrasador. Fue todo lo que JiMin quería y necesitaba como cada vez que estuvo con YoonGi. No recordaba haberse reído antes durante el sexo, no sabía que era posible estar perdido en placer y al mismo tiempo ser incapaz de contener su sonrisa, y ser consciente de lo bien que lo estaba pasando. No sólo nada quedó sin decir, la madrugada se hizo eterna mientras lo hacían en cada superficie disponible, jugando con el licor y el hielo, JiMin no sabía que era posible sentir tanto amor y divertirse tan sensualmente. Por algún motivo, en su cabeza habían sido conceptos separados hasta YoonGi se puso el hielo en la boca cual película erótica y comenzó a recorrer su cuerpo con él.

Nada importaba estando ahí, solo YoonGi y él, declarándose el amor que en tan pocas ocasiones habían tenido el valor de declarar sólo que esta vez, también con palabras y mientras pasaba una de las mejores noches de su vida.








—Lu Shi 💜

5 veces ; ym/jsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora