░۟◌༵🧁- ', [ capítulo 12. ] ꒱

352 52 7
                                    

Pero la vida es una hija de puta y por más que Skeppy se alejó de Bad, dejando al omega con la duda de todo, éste seguía apareciendo hasta en su sopa.

—Mierda —dijo Skeppy, tomando su teléfono, entrando al contacto de Darryl, donde había mensajes del primer día que le dejó de hablar, pero después ya no había más. Sonrió con nostalgia y un pensamiento errante “ese es mi chico” cruzó por su mente.

Mientras tanto, el omega se encontraba triste y por primera vez su vivienda se encontraba inundada de su olor… por la tristeza.

—Bad, solo es un chico, no es el fin del mundo —trató de consolarlo su mejor amigo, Quackity, algo sorprendido por esa reacción.

—Mi omega está seguro de que es un alfa… y su destinado.

Más tarde ese día, después de que Quackity se fuera, mientras Bad prendía el televisor para ver alguna novela que, decía Quackity, era graciosa y que ayudaba con las penas, alguien tocó a su puerta. Se guardó un gruñido de fastidio y fue a abrir. Se encontró con Caroline y Floris.

—¿Qué hacen aquí? —trató de sonar normal, pero sonó más bien como si hubiera estado llorando por horas, lo cual era cierto, pero no quería ser descubierto.

—Hola, Bad —habló la chica. —Yo… nosotros… hemos notado que Zak está muy mal, ¿has hablado con él?

—Ustedes son sus mejores amigos.

—A nosotros no nos ha dicho nada —dijo el híbrido de zorro.

—A mí me dejó de hablar de la nada —explicó el demonio.

—La última vez que quise hablar con él, solo te mencionó a ti —recordó Fundy—. Tú puedes ayudarnos…

—No. Lo siento, no puedo. —Cerró la puerta, derrumbándose tras esta. No había nada que pudiera hacer, Skeppy se había alejado y eso que ni siquiera había iniciado un “cortejo” y todo lo que sentía, además de la tristeza, era vergüenza por haberse ilusionado. —Siento… mucho dolor.

Aquella noche, lloró una vez más, mientras veía una comedia romántica, que lo hizo pensar en palabras que le habían dicho antes de irse de casa. Cosas como “nadie quiere un omega hombre, mucho menos uno recesivo”, “ni para tener hijos y complacer a un alfa vas a servir”, “eres una decepción para nuestra familia”.

Mientras tanto, por el otro lado de la moneda, Skeppy se sentía de igual manera. Su alfa, dentro de él, aullaba de dolor.

—Maldito seas, Darryl… —su marca dolía, su alfa ya no quería sentirse prisionero. —¿Qué me hiciste?

El demonio omega había llegado a su vida como una tormenta, tirando las cartas dispuestas en la mesa. Había despertado a su alfa, dejando poco a poco su vida de delta y eso, con lo que ya se había resignado a vivir, se estaba desmoronando. Sobre todo porque temía hacer mal las cosas. Skeppy nunca fue el alfa perfecto. No le gustaba pelear por omegas, si no por cosas tontas como la última pieza de pollo en la cafetería o simplemente porque alguien le parecía insoportable, nunca cortejó a un omega de forma debida, solo un par de besos e idas al cine y desaparecía de sus vidas, siendo todo un rompecorazones.

Hasta el día que le tendieron una trampa.

𝗪𝗘𝗜𝗥𝗗𝗢, skephaloOnde histórias criam vida. Descubra agora