HE VENIDO A DECIR ADIOS

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Había quedado completamente inconsciente. Debajo del escombro de su barda por aquel golpe.
Adrien había palidecido al saber que su padre era Hawkmoth y Shadowmoth. Había perdido a su tutora, no se permitiría perder a su padre en un solo día.
Así que solo le quitó los prodigios, guardándolos en el bolso de su pantalón, ya se los entregaría a Ladybug para que los resguardara.

Pronto Ladybug llegaba a la mansión, aunque tarde ella ya había llegado.

— Adrien... que diga, joven Adrien... ¿que ha pasado? — el tono de preocupación estaba en su voz. Luego vio que debajo de lo que era la barda estaba Gabriel. Llevó sus manos a su boca en expresión de asombro.

— por favor ayúdame a sacarle de ahí. — dijo el chico con desesperación.
La héroe rápido lo ayudó.

— espera... no podemos moverlo, es mejor esperar la ayuda. — dice Ladybug cuando usando su fuerza empezó a quitarle los pesados escombros.
Adrien estaba hecho un mar de llanto.

— disculpa joven Adrien... ¿que ha pasado? — le pregunta con mucha sutileza.

— ay Ladybug... ha pasado algo terrible... — dice entre sozollos.

Ladybug después de oír y ver cómo el chico estaba, dedujo que no era algo bueno y más cuando volteó a ver la mansión y ver el enorme boquete que había en la fachada.

Habían pasado ya dos semanas y Gabriel no despertaba; el golpe le había dejado un hematoma del tamaño de una palma mediana y una costilla rota. ¿Había sido posible eso? Ni siquiera el traje protector que usaba fue lo suficientemente resistente para que no dañara su cuerpo humano.

Adrien había hablado con Ladybug dos dias después y al mismo tiempo le entregaba los miraculous, mientras que Catnoir se presentaba ese mismo día del incidente, obviamente fingiendo no saber nada. Su mundo se derrumbaba.

— padre... espero despiertes pronto. Primero mamá, luego Nathalie, ahora tú. Por favor... no quiero quedarme sólo. — y esconde su rostro en las sabanas de la camilla.

Plagga sale a la vista de Adrien.
— Adrien... ¿podemos hablar? — el chico levanta su rostro para ver al pequeño ser y asiente. Salen de la habitación y se dirigen al baño de la habitación.

— ¿qué pasa Plagga? ¿El maestro ya sabe algo? —

— ha revisado el grimorio y no ha encontrado nada aún, de hecho ha venido el guardián para saber que ha pasado y dice que ha investigado algo sobre eso, pero... — el kwami agacha la mirada.

— es malo... verdad. —

— no así como malo, malo. Pero si es delicado. Han rastreado a todos los portadores existentes en el mundo de los miraculous, y han hablado con cada kwami. Y cada uno dice que no saben nada sobre un kwami que viaje entre dimensiones, incluso Flaffy no sabe nada y Sass tampoco. Pero dicen los kwamis latinos qué hay un kwami que puede darnos respuestas... el problema es que está perdido en la zona de civilizaciones entre México y Guatemala. —

— eso no ayuda mucho, sabes. —

— lo se, pero es todo lo que sabemos. Yo que soy el primero y Tikki al igual a mi, no sabemos nada. Empiezo a creer que mantenernos ignorantes no es la mejor manera de ser un kwami. — dice dejando ver un semblante triste.

— descuida Plagga, seguiremos investigando. — toma a Plagga entre sus manos y se lo acerca al rostro para confortarlo.

Los días pasaban y pasaban y Gabriel parecía no despertar, ahora ya no estaba en el hospital, había sido trasladado a su mansión al cumplir los 20 días, Adrien había pedido ayuda a su tía Amelie.

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