Mi Alfa

1K 139 11
                                    


La vida de Will había sido sencilla, monótona incluso, antes de revelarse como Omega ante el mundo. Tomar los supresores era algo que su padre le había recomendado desde que era pequeño, explicándole los problemas que se evitaría de hacerlo.

Qué razón tenía.

Tras tantos años, estaba cansado. Cansado de no ser quién era, de ahí su decisión de dejar de hacerlo. Su padre, de verle, estaría decepcionado. Los tres hombres, Alfas perfectos, deseaban a Will y él simplemente quiso dar a cada uno un trato justo, igualitario. No era una competición, aunque ciertamente ellos tres se lo tomaron así.

Sobretodo Hannibal. El poeta que brillaba más que el Sol. Hannibal, que había asesinado a los otros dos Alfas de una manera tan sencilla como respirar, sin pestañear, sin pensarlo, sin titubear. Will lo odiaba y lo deseaba a partes iguales. Lo peor, Hannibal lo sabía. Anoche se había quedado dormido en el pecho del Alfa escuchando su respiración y había sido una sensación maravillosa. No recuerda nada más que la mano de Hannibal acariciándole el cabello mientras con el otro brazo le abrazaba fuertemente.

¿Cómo alguien podía ser tan dual?

Manos asesinas, manos que acarician, curan y...aman. 

Cuando Will abre los ojos lo hace parpadeando, la habitación de Hannibal parece ahora tan extraña. No la recuerda así de cuando follaron noches atrás. En el calor y el deseo que su cuerpo omega sintió no había espacio para nada más en su mente que Hannibal, aquel día. Ahora está concentrado, su instinto aplacado.

- Buenos días, Will.

El poeta está sentado frente a él, observándole, leyéndole como un libro abierto. Siempre lo ha conseguido, maldito Hannibal. Will no quiere ponérselo tan fácil, está dolido con él, está triste, está asustado. ¿Quiere a un Alfa así de posesivo? 

- Quiero irme a casa - le responde -. Me encuentro mejor, necesito volver a trabajar.

- Jack Crawford ya ha sido avisado de tu ausencia - Will le mira con cara de pocos amigos -. Sabía que querrías regresar y como médico mi recomendación es que te recuperes un par de días.

- ¿Cómo médico o como Alfa?

- Ambos. No soy lo uno sin lo otro.

Los dos hombres se miran y Will sabe que tiene razón. La herida que el cuchillo le ha dejado en el hombro continúa supurando, lo nota, aunque está entumecido por la medicación que Hannibal le esta dando. En cuanto se mueve un poco le da un ligero pinchazo, nada insoportable, aunque en un constante movimiento el dolor se incrementaría.

- Will...¿quieres hablar de lo sucedido? - una fugaz sonrisa aparece en su rostro.

- No sé qué te hace tanta gracia, eres un asesino.

- Soy más que eso. Mucho más. Lo que te he mostrado es sólo una pequeña parte de mí, la punta de un iceberg que bajo el agua es temible por su gran tamaño.

- Hannibal, no soy tu omega. No quiero ser tu omega. No quiero tener nada que ver contigo. Eran dos hombres decentes, podrías haberles dejado vivir.

Hannibal sopesa la frase.

- ¿Decentes? Chilton fue a tu casa a...mira, no quiero ni decirlo en voz alta, sabes bien a qué fue ese malnacido. 

- ¿Y Matt?

- Un chiquillo que se creía demasiado valiente para lo que era. Un cobarde. No era un Alfa digno de ti.

Will cierra los ojos y se sienta en la cama lentamente. 

El ganado de Will Graham (ACABADA)Where stories live. Discover now