CAPÍTULO V

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Pasaron un par de días desde la visita de Judith, Daira llevó el dinero que tanto le pedía, su madre solo la miró con asco y le dió un empujón al irse.

La joven no estaba en su mejor etapa, las apariciones de su madre hacían que perdiese una buena cantidad de dinero, haciendo que a penas llegase a fin de mes.

Intentaba doblar los turnos en la cafetería para ganar algo más, Marcos no le dejaba hacer eso, por lo que decidió subirle al sueldo.

Ahora caminaba sin rumbo, le apetecía despejar de todo y de todos, llevaba como una hora caminando.

La música ayudaba a que no se centrase en nada de lo que pasaba a su alrededor, se paró un instante para observar donde estaba, reconoció inmediatamente el lugar, a veces pasaba las tardes enteras allí con Marcos.

Pensó en cómo ese chico la había ayudado, pero también recordó todo el daño que le había causado.

Le había querido como a ningún otro chico, creía que era recíproco hasta que supo de la existencia de Isabel.

¿Qué había hecho ella para que las personas a las que más quería le hiciesen daño?

La música dejó de sonar, dando lugar a su tono de llama, rápidamente miró la pantalla y descolgó.

– Hola Isa.

– Hola Daira, ¿te importaría venir al bar?

– ¿Qué ha pasado?

– Daniel está enfermo y no puede estar toda la tarde así.

– Estoy un poco lejos de allí, llegaré en una hora.

– Vale, mientras llegas ayudaré yo.

Tras esas palabras, Daira colgó, para la vuelta a casa decidió hacer footing, así llegaría más rápido.

Se duchó lo más rápido posible, dejó su pelo mojado suelto y cogió todo lo necesario para irse al bar.

Al llegar, vio como Isabel servía en la terraza, mientras que Eva limpiaba la barra.

– ¡Hola! – saludó Eva.

La más joven fue a cambiarse y acto seguido salió a la terraza para atender a gente.

– Por fin has decidido venir a visitarme – sonrió la castaña al ver a Carola.

– He encontrado un hueco libre en mi apretada agenda – contestó Carola devolviéndole la sonrisa.

– Que no te mienta, siempre la tiene libre – habló una chica a su lado.

– No le hagas caso.

– Contadme que queréis.

– Un café con leche y hielo, por favor - dijo la chica con amabilidad.

– Y una cervecita por mi parte.

– Alcohólico – bromeó Daira.

– Sí, pero te voy a dar dinero a costa de eso.

– Créeme que te lo agradezco.

Daira caminó hacia dentro del local, allí se encontró a Evelyn, hacia días que no hablaba con ella.

– ¿No piensas hablarme?

– Hace días que no hablamos, Evelyn – dijo la joven preparando el café.

– Cuéntame, ¿quién es ese chico de ahí?

Daira miró en la dirección la cual apuntaba su amiga, directamente a Carola.

– El chico al cual le tiraste la bebida aquel día que salimos.

– Vaya, es muy guapo, ¿no? – dijo colocando su ropa y su pelo – ¿esa de ahí es su novia? Bueno, no importa, voy a hablar con él.

Daira decidió ignorarla, no sabía por qué pero esos comentarios le habían molestado, ¿que necesidad había de hacer eso estando la novia delante?

Se centró en el café, cogió la cerveza y lo colocó todo en la bandeja, decidió llevarles un cruasán a ambos como agradecimiento de que fuesen a visitarla.

– Aquí os traigo las cosas – dijo colocando cada cosa en el lado correspondiente.

– ¡Daira! – dijo Carola cuando la chica había comenzado a caminar.

– ¿Sí? – preguntó dando la vuelta para llegar hasta ellos – ¿está todo bien?

– No hemos pedido los cruasán – respondió la chica – igual te has equivocado de mesa.

– Que va, es un pequeño regalo – sonrió.

– No creas que me voy a ir de aquí sin pagarlo todo – habló Carola.

– ¡Hola guapo!

Evelyn apartó de un pequeño empujón a Daira, gesto que no paso desapercibido para la amiga de Carola, quien alzó las cejas algo sorprendida.

– Es de mala educación cortar una conversación de esa manera para pedir una foto o un autógrafo – dijo Isabel algo cortante – disculpad las molestias.

Isabel se llevó de ahí a Evelyn, por otro lado Daira estaba algo descolocada.

“Pedir una foto o un autógrafo”

¿Acaso eran famosos?

– ¿Una foto o un autógrafo? – preguntó Daira confundida.

– ¿Por qué no pruebas a buscar Carola o Cristinini en YouTube o Twich? – preguntó la acompañante de Carola con una sonrisa.

[…]

¿𝕼𝖚é 𝖍𝖆𝖘 𝖛𝖎𝖘𝖙𝖔 𝖊𝖓 𝖒𝖎? [CAROLA] Where stories live. Discover now