𝐗𝐗𝐈

293 19 1
                                    

≺≺ 𝐋𝐚𝐤𝐞 ≻≻

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

≺≺ 𝐋𝐚𝐤𝐞 ≻≻

Advertencia: Contenido Sexual

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

La pareja de novios se encontraba caminando tomados de las manos a las orillas del lago. Hace unos minutos habían salido de la cripta, al parecer Merlina debía de arreglar las cosas con Enid, puesto que la loba se encontraba muy furiosa. 

Se sentaron en el muelle y se dedicaron a contemplar el precioso atardecer que se mostraba en el horizonte, a pesar de que sea de darte, hacía un clima cálido y a la vez ligeramente caluroso, definitivamente Jericó tiene los cambios climáticos más raros del mundo.

—Princesa —llamó a la pelinegra —¿Nos metemos al lago? —una sonrisa traviesa se posó en sus labios. 

La chica lo pensó por un momento. Era verdad que hacía calor, no le veía nada malo en darse un chapuzón—. Está bien.

Se levantaron y comenzaron a retirarse el uniforme, la corbata, el saco, la camisa y la parte inferior del traje; quedando en ropa interior.

Xavier agarró de la cintura a la chica y se lanzaron al agua, salpicando las prendas en el proceso. Michelle subió hasta la superficie siendo seguida por su novio, enrolló sus piernas en las caderas del chico y juntaron sus frentes.

—Eres preciosa ¿Lo sabías? —la pelinegra rio levemente al sentir pequeños picos en su cuello—. Te amo, te amo tanto, Michelle —juntaron sus labios formando un beso tierno, tal como la primera vez que lo hicieron. 

Xavier trataba de contenerse, ver a su novia con solamente ropa interior y sentir su cuerpo pegado al suyo, le era difícil no tener aquella tentación de hacerla suya nuevamente. Pero el chico tenía una idea en mente, quería hacer algo primero antes de pasar a la acción. 

Estuvieron nadando durante un buen rato hasta que la oscuridad empezó a reinar y la luz de la luna se hizo presente iluminando el agua del lago, un viento frío soplo fuertemente provocando que Michelle temblara aún estando abrazada al chico. 

—Mi estudio está cerca, podemos pasar la noche ahí. No quiero que te dé un resfriado —ella asintió y Xavier la cargó entre sus brazos, recogió las prendas y le colocó su saco para que cubriera todo su cuerpo en lo que llegaban a la cabaña. 

🔥 🔥 🔥

Xavier abrió la puerta y se adentraron al lugar, dejó a la chica recostada en el sillón y besó su frente con cariño, cerró nuevamente y fue a por unas toallas que tenía guardadas. 

El chico ayudó a su novia a secarse el cabello, dejó las toallas en un perchero y se sentó al lado de la pelinegra. —Amor. 

—¿Dime? —se volteó para verlo. 

—Hay algo...que me gustaría hacer, claro, solo si tu aceptas.

—¿Qué cosa? —inquirió con duda. 

—Me gustaría dibujarte —lo miró confundida.

—¿Por qué me pides permiso para dibujarme? Sabes que lo puedes hacer sin problema.

—No, no es un dibujo normal —trató de explicarse—. Lo que intento decir, es que quisiera dibujarte...desnuda.

Michelle lo vio con una leve sonrisa y las mejillas coloradas. —De acuerdo.

—¿De verdad? No quiero que te sientas obligada a aceptar amor, si no quieres, está bien —la ojiazul lo sostuvo de las mejillas mientras las acariciaba con sus pulgares.

—Está bien, Xavier, no me estás obligando a nada —dejó un pequeño beso en la comisura de sus labios y el chico, ahora seguro, fue a ver un lienzo y comenzar a preparar sus pinturas. 

—Mi vida, ¿Te puedes quitar la ropa interior? —habló llevando el caballete hasta situarlo frente al sofá. Michelle se despojó de sus únicas prendas y se volvió a sentar en el mueble. 

Xavier se colocó en un pequeño taburete de madera, se sonrojó al ver a su novia sin nada puesto, a pesar de ya conocerla toda entera; le seguía maravillando completamente, haciéndolo delirar enamorado. 

—Ahora, quiero que te recuestes —la chica hizo lo que le pidió —Exacto, así. Relájate y respira, no estés tensa —untó la punta del pincel en la pintura y fue deslizándola por todo el lienzo, combinaba colores y diferentes técnicas para completar el retrato. Una vez ya terminado, se limpió sus manos con unos pañitos húmedos y recogió sus cosas para guardarlas. 

Se acercó hasta su novia y ella se enderezó para quedar a su altura, juntaron sus labios nuevamente. Él aún seguía en boxers por lo que la erección que se le había formado se podía apreciar en su totalidad. 

Michelle enrolló sus piernas en la cintura del chico y este se sentó en el mueble, la chica quedó a horcajadas sobre él y pasó sus manos acariciando el cabello de Xavier, jalándolo de vez en cuando, acción que le encantaba al castaño. 

Puso sus manos en el cuello de la fémina y lo apretó suavemente, sin hacerle daño, con su otra mano fue descendiendo hasta su pecho, el cual apretaba a su antojo. 

Se separaron del beso en busca de oxígeno y él bajó inmediatamente hasta el seno de su novia, pasó su lengua por la aureola alrededor del pezón mordiéndolo y succionándolo. 

Metió uno de sus dedos en el interior de la chica, logrando que saque algunos gemidos por el placer que le brindaba. 

Al notar que ya estaba lo suficientemente húmeda, sacó un condón de uno de los cajones que tenía en su estudio, porque sí, estaba preparado. 

Se deshizo de su bóxer y con la ayuda de Michelle, colocó el preservativo en su miembro. Alzó las caderas de la pelinegra y ella acomodó su polla alineándola para que entrara en su cavidad, soltó su agarre haciendo que su miembro se adentrara totalmente, ambos dieron un sonoro gemido al sentirse completos nuevamente.

 Xavier esperó a que Michelle se acostumbrara al tamaño de su miembro para después dar pequeños saltos sobre él, sostuvo su cintura mientras ella aumentaba las estocadas. Sus pechos saltaban y Xavier los miraba embobados, se dirigió a su cuello y empezó a repartir pequeños mordiscos por su clavícula.

Los movimientos empezaban a perder velocidad, Xavier dio la vuelta a su chica quedando él sobre sobre ella, comenzó a enterrarla con rudeza tocando su punto G, Michelle soltaba gemidos  incontrolables mientras que el rostro del castaño se encontraba entre los dos pechos de la pelinegra. 

Las embestidas se hicieron más fuertes y Michelle volvió a sentir aquel nudo de excitación dentro de su estómago, bastaron unas pocas estocadas para que ambos lleguen al orgasmo, ella corriéndose al rededor de su polla y el dentro de la fundita de látex.

Xavier salió de su interior, enrollo el preservativo y lo botó en el cesto, agarró una sábana que usaba cuando se quedaba hasta tarde y se arroparon juntos.

Bis morgen, Meine Liebe. Mögest du dich ausruhen.

𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 𝐎𝐅 𝐃𝐀𝐑𝐊𝐍𝐄𝐒𝐒 | 𝐖𝐄𝐃𝐍𝐄𝐒𝐃𝐀𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora