Capítulo 18: ¿A qué le tienes miedo?

3K 196 21
                                    

—¡Oh, ahí están!—la madre de Priel nos señala cuando salimos al jardín y los demás presentes voltean a vernos.

Esperaba que no hayamos tardado tanto. Me moriría de la vergüenza si se llegasen a enterarse de lo que acabábamos de hacer con Priel. Bastante tuve con salir del cuarto y ver a Tayler partirse de risa en mi cara. A Priel no pareció importarle mucho que su amigo supiese lo que estuvimos haciendo, pero por mi parte quería desaparecer. Toda esta situación solo se me hacia cada vez más embarazosa.

—Creo que esa fue una cantidad excesiva de tiempo en mostrar cuadros—opina el Sr.Loughrey, cuando nos terminamos de acercar a ellos.

—Es que le hizo un tour completo por la casa—soltó Tayler, entre medio de risitas.

Priel miro mal a su amigo.

—Tenemos una casa con varios artefactos antiguos y consideré que a la Señorita Russo le gustaría un recorrido adecuado, ya que es amante de la historia.

¿Amante de la historia?

Apenas recordaba la fecha que nos independizamos. Así que estaba segura que la historia no era lo mío.

—¿De verdad?—se emocionó su hermana. Aún un poco aturdida por la situación, me las apañé para asentir—. A mi también me encanta—su sonrisa se hizo más amplia—, siendo así nos tendremos que juntar algún día, adoro hablar con personas que saben de historia.

Me sentí mal por mentirle. Pero mejor eso a que supiera la verdad. Luego me las arreglaría para solucionar esta terrible confusión.

—Claro.

Su madre chasqueo los dedos llamando nuestra atención.

—Cambiando de tema, ¿Dafne te quedarás para el postre?

—No, lo siento...

—¿Cómo qué no? ¿Entonces Catalina tampoco te quedarás?

Catalina miro un poco apenada a la Sra.Loughrey.

—Si Dafne se va, debo llevarla.

Ay no. Ya tenia demasiados problemas con que Priel supiera donde vivía, no me podía sumar uno más a la lista.

—No hace falta—me apresure a decir antes de que sea tarde—. Tomare un taxi.

Tanto Catalina, como la Sra. Loughrey protestaron enseguida.

—La llevaré yo—anunció Priel.

—¡Genial!—comentó su madre.

Priel no me dio tiempo de protestar. Así que me apresure a saludar a sus padres y hermana. Me despedí con un apretón demasiado extraño de su amigo y luego le agradecí a Catalina por el almuerzo.

—No hay de que—me sonrió—. Espero que no estés enojada, porque te haya traído aquí. Se que fue demasiado impulsivo e incorrecto...

—Está bien—la calme—. Fue una sorpresa, pero supongo que solo intentaste tener un gesto de amabilidad hacía mi.

Asintió.

—Dafne no te quiero presionar—miro hacía atrás un instante y luego volvió sus ojos hacía mi—. Deberías continuar con la terapia, se que puede no gustarte, pero siento que la necesitas—hizo una breve pausa, en la que su cuerpo abrazó al mío—, déjame ayudarte— susurro—. Mereces más de lo que de verdad crees, solo debes luchar un poco más.

Se separó de mi cuando vio a Priel acercarse.

—¿Todo bien?—preguntó, intercambiando una mirada de sospecha entre Catalina y yo.

Oscuro secreto © [sin editar]Onde histórias criam vida. Descubra agora