𝑻𝒆𝒏

173 14 0
                                    

ROSALIE

Llegamos a mi casa al mismo tiempo que Edward. Estábamos por subir al porche, pero él se puso frente a ella de forma amenazante.

—¡Si la vuelves a tocar contra su voluntad...! —Edward estaba enojado, muy enojado.

—¡Edward! —lo quise alejar, pero ni se movió.

—Ella no sabe lo que quiere. —Calíope le hizo frente.

—Dejame darte una pista. Espera a que ella te lo pida.

—¡Bien! Porque lo hará.

—¡Suficiente! Calíope, vete de aquí. —intente alejarlos, pero no pude mover a ninguno.

—¿¡Que está pasando aquí!? —mi mamá y Marcus salieron de la casa.

—Oigan, tranquilos. —Marcus los separo. —¿Que está pasando?

—¿Y? ¿Me van a decir porque pelean frente a mi casa? —mi mama se paró entre Edward y Calíope con las manos en su cintura.

—La besé. —murmuró Calíope.— Y se rompió la mano cuando me golpeó la cara.

Marcus se apresuró a acercarse a mi y revisar con cuidado mi mano. Mi madre vio a Calíope con cara de pocos amigos.

—¿A ti te parece jovencita? —mi mamá comenzó a regañarla y a darle una charla sobre lo morar y respetar relaciones.

—¿Te duele mucho? —Edward se acerco.

—Si. —solté un quejido cuando Marcus movió mi mano.

—Lo siento, hija.

—Señora Lumière, ¿puedo llevar a Evangeline con mi padre? Estoy seguro de que estará mejor atendida allí que en el hospital.

Mi madre terminó aceptando y dijo que si quería podía quedarme a dormir allí, así podríamos hablar tranquilamente.

Calíope se fue apenas mi madre terminó su discurso. Quiso despedirse de mi, pero ni Marcus ni Edward la dejaron acercarse.

—Es solo un esguince. Sanara rápido. —Carlisle termino de vendarme la mano y me sonrio.

—¿Intentaste caminar y comer chicle a la vez? —pregunto Emmett, sentándose en uno de los muebles.

—Golpe a un lobo en la cara. —sonreí.

—Tienes agallas, Zanahoria. —sonrio. —Seras una neofita brava.

—Estoy segura que te daré una paliza cuando lo sea, fortachón.

Rosalie, que estaba sentada en uno de los sofás detrás de nosotros, se levantó enojada y salió de la habitación.

—No te preocupes. —hablo Emmett.

—¿Alguna pista? —pregunto Edward, cambiando de tema.

—No hay señal del intruso, pero Victoria continúa haciendo actos de presencia.

—¿Algo inusual?

Ellos continuaron hablando, pero yo fui detrás de Rosalie.

—Ve a otro lado a decir idioteces sobre la felicidad de convertirte. —ni siquira me miró.

—Oye, Rosalie. —me acerqué a su lado. —Yo no quiero ser una neofita, pero no quiero que por mi culpa a ti y tu familia les pase algo. Solo estoy intentando hacerme a la idea de que voy a ser una de ustedes. —me apoyé en el barandal del balcón. —Si me odias...

—¿Odio? —me corto. —Yo no te odio, Eva. Eres mi amiga, pero... Te envidio. —me miró.

—¿Porque? ¿Por mi hermoso cabello o por mi personalidad encantadora? —bromee.

—No, lo digo en serio. —sonrio un poco.

—Bueno, si te soy sincera, no entiendo el porqué. Tu eres todo lo que una persona quiere ser; sexi y rica.

—No te envidio por lo físico o lo materias, tonta. —de pronto se puso seria. —Tu puedes elegir. Yo no pude. Ninguno de nosotros pudo, pero tú sí y te estás equivocando. Aunque tu vida humana sea miserable.

—Oye, mi vida no es miserable. Además, ninguna vida humana es perfecta.

—La mía si. Absolutamente perfecta. —miro un punto fijo y sonrió. —Queria hacer muchas cosas. Casarme, tener una linda casa, un marido amoroso. Tener mi propia familia.

Tome su mano y mi vista se volvio borrosa.

Royce King era el soltero más codiciado del pueblo. Apenas lo conocía, pero era joven y estaba enamorada del concepto del amor. —una imagen vivida de todo lo que Rosalie estaba contando apareció frente a mi. —La última noche que estuve con vida, salí tarde de la casa de una amiga. No estaba tan lejos de casa. —unos hombres bebiendo aparecieron frente a mi.

Oye, Rose. —uno de ellos, Royce, la llamo. —¡Ven! —le dio la botella a uno de sus amigo y se acerco a Rosalie. —Te estábamos esperando. Aquí está. —el tipo la beso de una forma descarada.

¡Royce! Estas borracho. —el rostro de Rose se notaba preocupado.

¿No es divina, John? —lepregunto a uno de sus amigos ignorando lo que dijo. —Te dije que era atractiva.

Es difícil decirlo con tanta ropa. —su amigo se río y el resto hizo lo imitó.

¿Que dices, Rose? —Royce empezó a manocearla. —¿Porque no te quitas un poco de ropa?

¡Para! —Rodalie peleó hasta que se pudo soltar. Lo miro con enojo y desilusión. —Nos vemos mañana. Sobrio.

Intento irse rápidamente, intentando conservar su dignidad, pero él la tomó y sus amigos lo ayudaron.

Cerré los ojos y volteé la cabeza al ver lo que estaban haciendo. Al abrirlo estaba otra vez en la casa Cullen, con Rosalie a mi lado.

—Me dejaron en la calle, dándome por muerta. Quizá eso mismo quería yo. —suspiro. —Carlisle me encontró. Olió la sangre, creyó que me ayudaba.

—¿Que hiciste después?

—Me vende de todos ellos. Uno a uno. —sonrió. —Deje a Royce para el final, para que supiera que iba por él. —me miró. —Era un poco exagerada en ese entonces... Las cosas mejoraron cuando encontré a Emmett.—su sonrisa cayó. —Pero siempre estaremos así; estancados. Jamás avanzaremos. Eso es lo que más extraño; posibilidades. Estar sentados en el patio de alguna casa. Emmett, canoso, a mi lado y rodeados por nuestros nietos. Oir las risas...

—Algunas personas nunca obtienen lo que desean, pero tienes que pensar que si eso no hubiera pasado probablemente no hubieras conocido a Emmett. Nunca conocerías a Alice o a Jasper, ni a Edward ni a mi. –le sonreí. —Las cosas pasan por algo, esta en nosotros saber si aprovecharlo y salir adelante o estancarnos.

—¿Seguir? ¿Como? Lo único que quería es una familia.

—Pero la tienes. Una familia no es solamente una madre, un padre y algunos hijos. —le sonreí. —Tu creeas a tu familia con amor y cariño, es algo que los Cullen tienen.

—Si pudiera llorar lo estaría haciendo ahora. —sonrio con tristeza.

—Lo se, lo veo en tu rostro. El caso, no te lamente por un "¿que hubiera pasado?" Mira al frente y ve lo que tienes. Si te concentras en el paso y en lo que no fuiste, te olvidas del futuro y de lo que eres.

Rosalie me miró y me abrazó. Me tomonppr sorpresa, pero le correspondió el abrazo con gusto.

𝙄𝙣𝙨𝙤𝙢𝙣𝙞𝙖Where stories live. Discover now