- Capítulo 4 -

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El hombre no dijo nada pero soltó un ligero suspiro y se arropó totalmente con la sábana.

Jaesang se puso en pie y sin decir nada, salió de la habitación.

- Soy de un rango menor que él, no puedo hacer nada para ayudarlo _se rasco la cabeza preocupado_, los de la Asociación solo harán algo si él llega convertirse en un desastre, y creo que eso es lo que busca hacer

Camino por el pasillo viendo algunos médicos atendiendo a pacientes mientras que otros corrían hacia alguna dirección en especifico.

Jaesang sabía que esta sociedad era injusta porque mayormente solo se favorecía a los despertados, pero el único capaz de cambiarla estaba atado a ella tan solo por su esposa.
Si la Asociación no se ha dado cuenta de ello es otra historia, pero si lo saben y ella resultase muerta o herida su Jefe lo sabría y sería capaz de...

Jaesang sacudió la cabeza de tan solo pensarlo.

No conocía como su superior (aunque este era joven) había conocido a su actual esposa o cual era el motivo por el que la apreciará tanto.

Jaesang tan solo rogaba que nadie se atreviera contrariar a su Jefe cuando se trataba de ese sentido, lo único que deseaba él era estar junto a su esposa.

Por eso mismo, había detenido a Lee Minyoon cuando intento separar las manos de ambos hace unos minutos y también por eso es que él mismo tampoco llhabia hecho más preguntas.

*****
- ¡No retrocedan! _gritó uno de los médicos mientras que con otros compañeros empujaba una puerta.

- ¿Acaso...agh...no se rinden? _dijo otro viendo como los reporteros empujaban más.

- Tenemos suerte de que el material de las puertas...sean de buena dureza ¡Así que dejen de hablar y empujen!

- ¿Porque tienen a alguien con amplificación de fuerza? _hablo otro mientras su pie resbalaba al empujar_, ¿Esa no es la habilidad de un despertado?

- ¡Dije que se callen! _volvio a gritar la Doctora.

Llegué mientras escuchaba estos gritos por todo el pasillo.

Me uni rápidamente al grupo de médicos que intentaban cerrar totalmente la puerta Este y empujé con ellos con fuerza. Usualmente solo eran unos pocos reporteros con los que siempre lidiabamos, pero habían más de lo acostumbrando así que la Jefa del hospital nos informo por radio que cerrararamos las puertas y que no las abrieramos a menos que fuera un paciente.

Estás medidas eran necesarias...
A la mayoría de los doctores no nos gustaban los reporteros, porque ellos no conocían lo que era la privacidad.

El cerrojo sonó y la puerta se volvió totalmente blanca desapareciendo así la imagen de los reporteros, todos nos desplomamos en el suelo al saber que la puerta estaba asegurada.

- ¿Alguien sabe que despertado está aquí como para que está inusual gran ola de reporteros venga? _pregunto una médico principal la cual estaba gritando que los demás se callaran.

- Yo creo saber _dije sintiendo cómoda el suelo, no tenía ganas de levantarme_, anoche llegó uno y lo atendí

- Ahora lo recuerdo _hablo uno de los medicos_ Cha Ming me contó algo sobre eso ¿Es alguien famoso?

- No tengo idea y aunque lo supiera eso es información confidencial del paciente _me senté estirandome_. Debe ser también por los compañeros de él que llegaron esta mañana.

- ¿Más despertados? Maldición..._uno que se estaba levantando volvió a acostarse_, de haber sabido esto me hubiese ido apenas terminó mi turno

- Espero que por lo menos nos paguen extra

- De tanto trabajo el hospital entero colapsara...

- Ya, ya ¡Dejen de quejarse! _la doctora principal se puso en pie y golpeó la cabeza del último chico que hablo_ ¡También dejen de decir estúpidas predicciones! Nuestro trabajo ahora es resguardar la privacidad del paciente, cierren todas las ventanas con cortinas y aseguren con candado la azotea

Cada uno respondió afirmativamente y se levantaron corriendo a diferentes direcciones para hacer lo que se les ordenó.

- Espera, Doctora Eun Ji

Me detuve dándome la vuelta.

- ¿Necesita algo, doctora principal?

- Deberías ir a descansar _coloco las manos en los bolsillos de su bata_ soy médico y tú también, debes saber también que estás pronta a desmayarte

- Puedo seguir ayudando...

- No se trata solo de que sigas ayudando _sonrio un poco_ si es porque no quieres ir a tu casa puedes utilizar las habitaciones de descanso del hospital

- ¿Que hay con mi paciente?¿Y el horario de ayuda que tengo con el Doctor Ming?

- Me haré cargo de tu paciente, y quizás cuando despiertes talvez ya no esté y lo de tu horario... _lo pensó y asintio_, veré si hago que la médico Ji se encargue

Ji yuni es una compañera de trabajo con la que no quiero toparme, me odia desde que estudiábamos juntas Medicina y empezó a odiarme más cuando empezamos a trabajar en el mismo hospital y pude ascender a Doctora mientras ella continúa aún como médico

- ¿No sería mejor pedírselo a alguien más? Ella creo que ya está ocupada con el tratamiento de personas con discapacidad mágica

- No, creo que ella es excelente para que trabaje con el Doctor Ming

Rayos.

Falta que ponga tachuelas en mis zapatos la próxima semana.

- Iré a ver a mi paciente una última vez para verificar su estado e informarle sobre el cambio ¿De acuerdo?

- Puedes ir _me señalo_, pero asegúrate de ir a descansar después ¿De acuerdo?

Sonreí y asentí.

La Doctora Principal era casi como la hermana mayor que siempre quise, la hermana mayor que tuve pero no fue realmente como lo soñaba.

Sacudí esos pensamientos y me dirigí a la habitación de mi paciente.

*****
El hombre estaba sentado en la cama mirado su mano.

Había estado consciente cuando ella le pasó su energía para enfriarlo y se había sentido tan relajado que en ese instante se quedó dormido.

No sabría describirlo pero sintió reconfortante, el toque de ella se sintió así.

*Piri Piri*

Miro por la ventana y he aquí un robot volador le estaba tomando fotos.

El hombre frunció el ceño y al instante el robot se aplastó como lata y cayó.

El cielo se nublo más y comenzó a llover, las gotas hicieron que la mayoría algunos de los reporteros se retiraran a sus autos mientras que otros se quedaron a la sombra que daba el edificio mientras seguían pensando en formas de entrar.

Mirando las gotas caer el hombre agacho la cabeza sintiéndose nublado.

La habitación estaba a oscuras y estaba en penumbras, sabía que pronto tendría que irse pero se lamentaba no haber podido hablar con su esposa.

De repente.

La habitación se iluminó cuando la luz fue prendida.

- Disculpeme, vengo a revisar su estado

El hombre levantó la mirada y sus ojos parecieron brillar al mirar a la mujer frente a él.

Eun Ji le dio una sonrisa afable al paciente y fue a cerrar las cortinas.







***
No he tenido tiempo de actualizar la historia seguido, pero aquí está un capítulo.
Comenten si quieren.

Mi esposo, el ranking N° 1Where stories live. Discover now