Shouka, una chica confinada en una casa, forzada a entrenar su don desde muy pequeña por simple capricho de su padre.
Ella logra descubrir lo que es la libertad fuera de su hogar, gracias a su abuelo, gracias a eso ella conocerá a alguien que se con...
Shouka tenía mucho que pensar, el abrazo, la oscuridad de la habitación y la luz bajo la puerta por parte del otro lado.
Era lo único que se podía observar por el momento.
En eso..
—T-Todoroki, no puedo respirar —en una rápida oración a izuku se le iba el aire.
—lo siento! —
En un movimiento rápido Shouka soltó a izuku haciendo que este pudiera respirar de forma rápida.
Se alertó más cuando este empezó a toser..
—lo siento! No pude medir mi fuerza (solo cuando estoy contigo) ah! (cállate shouka) —se decía esta en forma interna.
—lo se, solo... Un rato —decía este qué empezaba a respirar profundamente.
—(contrólate shouka, casi lo matas, pero.... El que, el y yo estemos solos, a oscuras y en mi cuarto, me hace pensar.. Aah! No pienses en cosas sexuales shouka, respira, eso, respira) —decía esta qué empezaba a jadear y a cerrar los ojos.
Sin decir más ella salió por un vaso de agua, se la dio al pecoso y se metió al baño.
—(solo, solo estará un rato aquí y después se irá, aun que no quiero que se vaya, aaah! Por que eres así izuku, yo, no, si puedo, soy una futura heroína, puedo lidiar con su presencia) —
Shouka se dio ánimos y se dirigió a la puerta para salir del baño..
—Todoroki, tienes una toalla? —preguntaba izuku.
—ah, si, ten.. —
En eso, a shouka se le callo la toalla....
—me moje, qué torpe soy —decía izuku mientras lamia sus dedos.
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—(mrd)
Fue lo que pensó shouka para que le empiece a salir sangre de la nariz..
En eso, sin dudarlo ni un segundo, shouka había puesto su brazo en la pared arrinconando a izuku...
—¿quieres que te pase la toalla? Por que creo que me lo estas pidiendo –decía esta qué ponía sus manos en la camisa de izuku.
—a-ah!? So-Solo fue un poco de agua —decía este mientras empezaba a ponerse rojo..
—quien lo diría, puedes pasar de estar fresco como lechuga a estar rojo como tomate —decía shouka qué tocaba las pecas de izuku.
La caricia de las manos de Shouka eran de forma delicada, clara afirmación a eso era la imagen de comodidad en el rostro de izuku.
Shouka empezó a deslizar su mano del rostro en dirección abajo, pasando por el cuello, pecho y abdomen..
