Na de Na

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Roier rebuscaba entre sus prendas buscando una chaqueta que le cubriera del frío que comenzaba en Otoño. No le gustaba el frío, odiaba completamente el hecho de que sus alas fuesen abrazadas por el aire helado, incluso llegando a entumecerse; pero tenía una sola razón para salir aquel día, era fin de semana y eso significaba que sus padres salían a pasar tiempo de calidad juntos, no había universidad al día siguiente por lo tanto podía escaparse a dónde el quisiera.

Miró la hora en su celular, eran pasadas de las 10 PM por lo tanto iba relativamente temprano. Tomó las llaves del auto de Quackity, no le importaría mucho si tomaba este prestado, o tal vez sí.

Pero no lo notaría si regresaba temprano.

Antes de salir por la puerta se detuvo frente a un pequeño espejo en la entrada acomodandose el cabello bajo la bandana azul marino y rocio un pequeño perfume en su ropa hasta que frunció la naríz sintiendo su propio aroma.

-Eso será suficiente...

-¿Tus padres no van a castigarte?- Aldo removía su pajita metálica en el vaso que contenía simple limonada rosa pues no bebía alcohol

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-¿Tus padres no van a castigarte?- Aldo removía su pajita metálica en el vaso que contenía simple limonada rosa pues no bebía alcohol.

-No, ni siquiera saben que estoy aquí.- rodó los ojos buscando en la barra a quien tanto anhelaba ver aquella noche.- Probablemente estén cogiendo en algún motel o ya se hayan hecho otra de esas habitaciones de tortura.

-Recuerdame como mierda encontraste ese lugar.- el castaño hizo una mueca y se acomodó los lentes en el puente de la naríz.

Roier aún no entendía porque no usaba lentes de contacto.

-No fue difícil, soy curioso y era solo otra habitación más en casa.- dijo encogiendose de hombros, le daba igual lo que sus padres hicieran, era simple sexo.

Algo natural entre parejas.

-¿Sigues usando eso?- los ojos del más bajo recorrieron a Roier de arriba a abajo y bebió de su limonada.

-¿El qué?

-Las feromonas, apestas a alfa.- Roier entendía el disgusto, estaba junto a su amigo omega quién tendía a rechazar mayormente el aroma de los alfas.- ¿Por qué insistes en eso?

-Me niego a aceptar mi casta.- llamó a uno de los barman pidiendo un tequini, gracias a su padre Quackity había tomado el gusto por aquella bebida, Luzu en cambio era más de licores fuertes como el Whisky o Vodka.

Aldo bufó, no entendía el rechazo que el castaño le tenía a su propia casta. Eso hasta que vio al pelinegro de ojos amatistas entrar por la barra con su uniforme negro y el cabello recogido en una cola.

Aquel alfa que rechazaba completamente el salir con un Omega.

Y ahí estaba Roier, fingiendo desinterés cuando en realidad se derretía por aquel chico malhumorado.

Un-limited | Spiderbear - Guapoduo Where stories live. Discover now