Kiba Inuzuka hijo y segundo sucesor de Tsume es "Obligado" a contraer matrimonio, ¿Con un Uzumaki? O ¿Algún Hyuga o Uchiha?..Nada de eso..Será con nada menos que con uno de los clanes más conocidos por sus grandes empresas y contactos comerciales..L...
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Fue una despedida difícil aunque ninguno lo quizo demostrar, no querían separarse del otro, pero debían hacerlo, Kankuro se fue dejándolo allí, solo.
Y ahora Kiba se encontraba acostado totalmente desanimado viendo al ventanal, solo de pensar en que debería esperar al no Sabaku por aquellos tres días le desesperaban y la impaciencia se volvía propia de él.
Se sentía abandonado.
Su omega, quien nunca desde que tuvo uso de razón se hacía presente ahora últimamente lo estaba, y hoy lloriqueaba y chillaba aquel nombre.
Era imposible que Kiba se separara de aquella idea de estar solo si su omega lo repetía siempre.
Era molesto.
Kiba cerró los ojos, vizualizaba a aquel alfa, aunque había sido de manera inconsciente estaba feliz, recordó entonces cuando se abrazaron antes de la ida de Kankuro, cuando sintio amor y seguridad.
Era todo lo que quería y estaba recibiendo.
Lentamente sus ojos se abren y deja escapar un suspiro de satisfacción, ahora se siente un poco mejor, por alguna razón, sentía que su corazón y él de Kankuro eran uno solo, era como si en lugar de sus latidos sintiera los de él..
Alguien toca la puerta e interrumpe sus pensamientos, él da el permiso a pasar y una enfermera se adentra a la habitación con una sonrisa.
-¿Qué tal te sientes cariño? --Pregunta ella, Kiba ya había lidiado con esa chica, era bastante amorosa y algo empalagosa por lo que no le encantaba pero al menos no era grosera.
-Bien y mal.
-¿Por qué no sólo bien? Te hace mejor. --Responde ella con una sonrisa, Kiba sonrió cortamente y dejó la palma de su mano a la vista para que ella dejara dos pastillas en esta.
-Es complicado.. --Su respuesta es rápida, ambas pastillas bajan con rapidez al pasar el agua, después ella abre un pequeño frasco y vierte un poco de un jarabe blanco en un envase pequeño, al terminar ella se lo entrega. -- Gracias.
-No hay de que, cielo, ahora cuéntame, ¿es por él chico ese? ¿Él de cabello marrón? --Después de tomar el jarabe él asiente.
-Si..
-Aah, está registrado como tú marido, cuidalo porque vi a unas enfermeras preguntando por su anillo. -- Un amargo chiste que solo logra molestarle al omega, él la mira de manera seria haciéndola reírse. -- No te preocupes, con la mirada que les ponía yo creo que no hará falta que hagas algo.
-¿En serio?
-Oh, cariño, si lo hubieras visto, yo en lo personal pienso que elegiste bien, no cualquiera respeta su matrimonio, él hecho de que lo hiciera dice mucho sobre él.